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En el marco del "Año de Luigi", el hermano más famoso de los videojuegos recibe su propia aventura para el Nintendo 3DS. Armado con su Poltergust 5000, Luigi intentará resolver la misteriosa desaparición de la Dark Moon, que ha provocado un desastre paranormal en la región. Para lograrlo, contará con la ayuda del inigualable profesor E. Gadd y se adentrará en mansiones infestadas de fantasmas.
Nintendo ha permanecido a la cabeza del feroz mercado de las portátiles gracias a una cualidad rarísima: sabe miniaturizar sus franquicias. No lo digo con ánimo peyorativo. Pocas compañías son capaces de ofrecer experiencias que sinteticen conceptos de juego complejos; Pokémon, por ejemplo, es la abstracción suprema del espíritu coleccionista y aventurero (y cabe en nuestros bolsillos). Hoy, a poco más de una década del lanzamiento original de Luigi's Mansion, el 3DS recibe Dark Moon, una de las "miniaturizaciones" más exitosas que haya realizado Nintendo.
Concebida originalmente como una demostración del poder del hardware del GameCube, las mecánicas de juego, dirección de arte y sonido de la franquicia Luigi's Mansion fueron creadas en comunión con las capacidades de la consola. Aspirar billetes, tela y demás objetos no rígidos requería de un motor de física y la capacidad para procesar la complejidad de sus movimientos al ser succionados. La mecánica básica del título, por lo demás, parecía desarrollada expresamente para demostrar que la configuración de botones del GameCube era ideal: los gatillos híbridos (al presionarlos completamente, emitían una señal digital, pero antes de eso, como eran progresivos, funcionaban como botones análogos), la prominencia de A y la disposición de X y Y, así como la palanca análoga C, eran fundamentales. Recordemos brevemente cómo atrapar un fantasma en esta franquicia. Primero, debes deslumbrar al ente paranormal con tu linterna y después, comenzar a aspirarlo. Ahora, como cualquiera que esté por ser capturado, intentará escapar. Tienes que contrarrestar sus jaloneos moviendo la palanca análoga izquierda en la dirección opuesta. En el título de GameCube, este movimiento tenías que hacerlo en intervalos, pero en Dark Moon basta con mantenerla continuamente en el punto contrario al fantasma.
Una parte fundamental de este sistema de combate está compuesta por la linterna. En la versión de GameCube, el jugador podía controlarla a voluntad con la palanca análoga C que, en otros juegos, casi siempre estaba relegada a la cámara. Sin embargo, la perspectiva de "casa de muñecas" del juego eximía al jugador de esta responsabilidad y permitía la satisfactoria capacidad de maniobrar y alumbrar a voluntad. Por su parte, Luigi's Mansion: Dark Moon fue desarrollado para una portátil que sólo tiene el Circle Pad como control análogo. Con Y y B podemos subir y bajar la linterna, pero esto quiere decir que hemos perdido la capacidad de alumbrar a la izquierda y derecha a voluntad. El problema de esta limitación de hardware y de la adaptación del sistema de juego a ella es que entorpece el combate.
Para ejemplificar mejor el punto anterior, describiré la dinámica básica del juego. Al entrar en un cuarto, por lo general estará oscuro. Al inspeccionarlo, el jugador seguramente se topará con uno o varios fantasmas. Son enemigos juguetones, así que se escabullirán por las paredes, el piso, intentarán asustar a Luigi por la espalda y demás travesuras. Entonces, deberás dejar presionado A para acumular poder y deslumbrarlos. Al hacer esto, sin embargo, te quedarás viendo en la misma dirección y no podrás voltear salvo arriba o abajo con los botones X y B, respectivamente. El Circle Pad sólo servirá para mover sobre un sólo eje a Luigi. Si un fantasma se escabulle detrás de ti, deberás soltar el botón A rápidamente e intentar girar a tiempo para esquivar su ataque. Si Dark Moon es su primera aproximación a la franquicia, no les parecerá injusto. Por desgracia, los veteranos que pudieron disfrutar y explotar al máximo la fantástica movilidad del título de GameCube, en donde la palanca análoga C permitía mover la linterna a libertad, extrañarán su dinamismo. Cabe mencionar que al mover el 3DS podrás controlar la vista, pero es un sustituto pobre que, además, anula el efecto tridimensional.
Lo anterior resta mucho a un título que hubiera funcionado perfectamente con el Circle Pad Pro. Lamentablemente, Luigi's Mansion: Dark Moon no tiene soporte para el periférico de Nintendo. Fuera de este problema, la miniaturización de la franquicia es buena. El juego de GameCube tenía la capacidad, aunque nunca se habilitó fuera del entorno de desarrollo, de 3D estereoscópico. La perspectiva de casa de muñecas se ajusta perfectamente al Nintendo 3DS y el estudio Next Level Games, su desarrollador, supo sintetizar los elementos que hacen especial a esta serie y eliminar el resto para adaptarlo al 3DS. La estructura original una sola y compleja mansión, fue seccionada en niveles que facilitan al jugador la tarea de retomar el título en cualquier momento. El Luigi's Mansion original fue diseñado para sesiones de juego prolongadas; Dark Moon, con sus 5 casonas embrujadas, se ajusta con más naturalidad al ritmo de juego portátil del 3DS. Esto también significa que la elegante estructura del primer título y su delicado flujo fueron reemplazados por misiones que rayan en el cliché y que parecen más un pretexto que un paso necesario para avanzar. Son satisfactorias, pero carecen de encanto.
Luigi, mucho más que Mario, se ajusta al papel de cazafantasmas asustadizo. A lo largo de los años ha evolucionado, de ser un mero cambio a verde en la paleta de colores de Mario, a un personaje de una rara valentía. Lo imagino como el típico amigo que siempre está perdiendo las llaves y se tropieza frecuentemente al caminar. Esa naturaleza errática ha sido representada con maestría en Dark Moon. Es difícil pensar en el humor característico de Luigi en un mejor contexto que una casa embrujada. Los escenarios que recorrerá, por lo demás, han sido ambientados con cuidado y detenimiento; cada mansión representa fielmente su tema.
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