Hay mucha maldad dentro de algunas personas y son
pocas las que están dispuestas a hacer sacrificios para que el mundo
pueda dar marcha atrás y enmendar sus errores; algunas desean poder, riquezas o
simplemente tienen sensación de superioridad, no sienten el menor remordimiento si tienen que pasar sobre otros para alcanzar su deseo. Afortunadamente, hay personas con conciencia que pueden llegar a la cima y usar el poder
adquirido para reparar parte del daño causado por sujetos diferentes.
Cuando era pequeña, lo único que deseaba era crecer y
convertirme en una gran cantante de ópera como mi madre, fue ella quien me enseñó
a controlar y afinar mi voz. No cabe duda, existen pocas cosas que se asemejen a
recibir el aplauso del público, esos fueron buenos momentos a su lado;
por otro lado, muy pocas veces llegué ver a mi padre. Era el líder del comité ejecutivo del
torneo Dead or Alive y a diferencia de muchos de sus compañeros, tenía
suficiente conciencia para darse cuenta de que experimentar con humanos por el
bien militar, era ir demasiado lejos.
Dentro del comité existía un hombre llamado Victor Donovan,
quien era la mente detrás de los planes de clonación y el proyecto Epsilon; él
veía a mi padre como un estorbo en su camino y contrató a un
asesino llamado Bayman para matarlo. Fue así como perdí al primero de mis padres, a manos de un asesino contratado por una
persona sin la menor idea del valor de la vida humana.
No había pasado el suficiente tiempo con mi padre como
para que su muerte me afectara demasiado, pero en poco tiempo habría de sentir
el verdadero dolor de una gran pérdida; con la muerte de mi progenitor, su heredera debía tomar su lugar, esto obviamente
no era algo que Donovan deseara y de acuerdo con su estilo contrató a alguien más
para que se ensuciara las manos por él. Sucedió entonces que cuando cantábamos
en uno de los más grandes conciertos, mi
madre alcanzó a ver el cañón del rifle de un asesino y al saber que mi vida
peligraba, justo como pasó con la de mi
padre tiempo atrás, se colocó como un escudo para recibir el disparo destinado
para mí.
Mientras estaba cubierta de sangre de mi madre que aún
conservaba su calor, escapaban rápidamente el asesino del lugar y la vida del
cuerpo de mi madre. Quedé sola en el mundo en un abrir y
cerrar de ojos, no había nada que hiciera regresar a mi madre, pero
definitivamente alguien debía pagar la atrocidad.
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