Ya se habían tardado. El más o menos esperado Dead or Alive Dimensions para el Nintendo 3DS llegó a la portátil de Nintendo la semana pasada, pero no a todas partes. En los países escandinavos, es decir, Suecia, Noruega y Dinamarca, las autoridades acaban de bloquear la distribución de este picante título de Tecmo Koei, considerándolo pornografía infantil. "¿Cómo?", te preguntarás. Vamos, esta serie creada por Tomonobu Itagaki siempre ha estado en la frontera que separa a los videojuegos de los catálogos interactivos para estimular a imaginación a la hora del autoerotismo; tarde o temprano algo así iba a pasar. Resulta que en esos países, las leyes contra pornografía infantil son muy estrictas y, para mala suerte del juego, Kasumi, Ayane y Kokoro, dentro de la ficción de la serie, tienen 17 años o sea, legalmente no son adultas, sino niñas. Otras agravantes fueron las situaciones sugestivas en las que estos personajes se ven involucrados (abuso físico... como peleas) y la opción Showcase, donde se pueden fotografiar a las chicas usando diferentes trajes. Así pues, el distribuidor sueco, Bergasala tenía que mencionarlo, no podrá distribuir el juego en esa región y esos jóvenes europeos se perderán la oportunidad de poner sus manos en este nuevo episodio de DOA.
Últimamente en Japón se han reforzado leyes para la distribución y publicación de historietas, dibujos animados y juegos con contenido erótico, a fin de evitar que estas obras lleguen a manos de los menores de edad. Los autores y los publicadores de estas obras han protestado, argumentado que estas leyes coartan su libertad de expresión. Lo que pienso es que es evidente que hay otras razones para la oposición; se sabe que la mayoría de los consumidores de este tipo de contenido es adolescente o sea, menores de edad; poner advertencias en estos productos sobre la edad adecuada (o restringida) para su consumo, o limitar su exhibición, representaría menos ganancias para los productores; así que no nos hágamos tarugos: esta reestricción de DOA Dimensions podría ser un precedente sólido para que los productores quienes llevan al límite la libertad de expresión vean más difícil hacer este contenido. Y los que perdemos somos los que ya tenemos edad para disfrutar el siempre agradable vaivén de Kasumi y compañía.
Pícale al 2 para que veas qué videojugador de la vieja escuela se retira ante la abundancia de juegos casuales.
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