La batalla librada en el territorio de los dispositivos móviles se torna cada vez más salvaje, los fabricantes luchan por aplastar a la competencia y levantarse como soberanos, pero son pocos los que alcanzan a abrirse paso entre trincheras; Samsung, con el poder y atractivo diseño de la Galaxy Tab 10.1, no sólo defiende su posición sino que reclama el liderazgo de las tablet Android.
Samsung se incorporó a la guerra hace un año, cuando en noviembre de 2010 lanzó su línea Galaxy, y aunque obtuvo importantes triunfos, aún le faltaba territorio por conquistar, en especial en el ámbito de las tablet. La Galaxy Tab original fue un fiero contendiente, pero cayó víctima de sus propios defectos al tener un tamaño sustancialmente menor al de una tablet convencional de 10, y mayor que el de un Smartphone; en pocas palabras, se quedó a la mitad del camino entre los dos tipos de producto. La nueva versión corrige estas carencias, no sólo por arreglar el problema de las dimensiones sino porque implementa nuevas características que le dan la delantera sobre otros dispositivos con el sistema operativo de Google.
Si la belleza matara, pocos sobrevivirían a la primera impresión de la Galaxy Tab 10.1, pues se trata de una pieza de tecnología sumamente atractiva y estilizada, pero esto es efímero y la seducción del enamoramiento podría desvanecerse rápidamente; sin embargo, el complemento tecnológico y de software, capaz de cautivar de manera más duradera también está presente. La nueva propuesta de Samsung cumple con estos requisitos y es, a decir verdad, la primera tableta que está a la par con su homólogo de Apple en diseño y especificaciones.
Es ligeramente más delgada que el iPad 2 y considerablemente más ligera que la Motorola Xoom o la Acer Iconia Tab A500, característica que al menos en el mundo de los gadgets se gana la preferencia del público, mientras que utiliza una pantalla un poco más grande, 10.1 (de ahí se desprende el nombre) en comparación con las 9.7 tradicionales, todo encapsulado en un producto más liviano y menos aparatoso. Lamentablemente, la estética cobró una víctima: la ausencia de ranura SD, que limita la posibilidad de extender la capacidad de almacenamiento.
Por supuesto, incluye lo básico de toda tablet respetable, con algunas mejoras: GPS interno, soporte para Adobe Flash en el navegador web (aún tienes que descargarlo por tu cuenta), pantalla multitáctil con resolución 1280x800, Bluetooth y Wi-Fi, además de procesador de dos núcleos Nvidia Tegra 2. También incluye giroscopio y acelerómetro, ambos de cuatro ejes, uno más que el iPad 2; podrá parecer una diferencia mínima, pero la mayoría de los juegos probados (Fruit Ninja, Pocket Racing, Nintaii, Cut the Rope y Angry Birds) responden con mayor precisión a los giros veloces y rotación acelerada del dispositivo, lo que se traduce en un mejor control.
Pero lo que distingue a la Galaxy Tab 10.1 de otras tablet es la inclusión de la versión más reciente de Android, apodada Honeycomb, el primer sistema operativo con el potencial para astillar un poco la resistente armadura del iOS. Antes de la versión 3.1, el OS de Google quedaba a expensas de los perversos deseos de fabricantes, lo que al final resultaba en una experiencia fragmentada cada vez que te movías del dispositivo de una marca al de otra. La experiencia actual es casi homogénea, cada compañía añade su propio sabor a la interfaz pero en términos prácticos, disfrutas de completa funcionalidad y accesibilidad.
En el caso de Samsung, ese toque personal se presenta con Music Hub, Media Hub y Social Hub, aplicaciones sumamente flexibles, completas y amigables que concentran tanto opciones sociales como multimedia; de momento no hay mucho contenido, y aunque es evidente que la oferta de entretenimiento crecerá con el paso de las semanas, el ecosistema no está tan desarrollado, puedes transmitir películas vía Internet, pero descargarás archivos al dispositivo por tu cuenta. También se incluye eBook, que lógicamente permite leer libros que descargues de Kobo y Amazon, o que obtuviste por otros medios como archivos gratuitos ePub; lamentablemente no es compatible con la tienda de Kindle, lo que significa aplicaciones separadas.
En el universo tecnológico la eficiencia lo es todo, cualidad que la Galaxy Tab 10.1 cumple satisfactoriamente. Al respecto, su principal proeza radica en la duración de la batería, que rinde nueve horas utilizando las funciones básicas (brillo a 75%, Wi-Fi encendido, reproducción de música y uso de aplicaciones que no exijan mucho del procesador), y hasta seis horas exprimiendo los recursos al máximo; durante el tiempo de prueba se usó N.O.V.A. 2 de Gameloft con el brillo a 90%. Bajo este rubro el único inconveniente es que no siempre puedes cargar vía USB, debido a incompatibilidad con ciertos tipos de puerto. Por lo demás, la interfaz es fluida si bien con un poco de lag, su conector inalámbrico tiene suficiente potencia mientras que la transferencia de archivos a computadora es veloz y sin complicaciones.
La cámara es un aditamento complementario dentro de una tablet, y en este caso deja mucho que desear. Con buena iluminación los colores no se destiñen tan fácilmente, pero el desempeño en interiores está condenado a una cantidad poco sana de ruido en la imagen. El flash interno ayuda hasta cierto punto, pero no nos engañemos, no estarás orgulloso de las fotos que tomes con la Galaxy Tab 10.1, sólo complacido de capturar el momento que de otro modo hubieras perdido. Además, tomar fotos con un dispositivo gigante siempre resulta incómodo.
De las diversas razones por las que el iPad continúa dominando el mercado de las tablet aún tras 20 meses de su lanzamiento, la más fuerte se debe a la cantidad de oferta en la App Store de iOS, vehículo de 95,000 aplicaciones en oposición a las pocas docenas en la tienda de Android, situación agravada con el hecho de que sus principales competidores lucen como imitaciones. Con un precio similar a la tablet de Apple, estas insípidas losas tienen una cantidad de aplicaciones considerablemente menor, su batería dura menos, son más pesadas y burdas, además de ofrecer un ecosistema débil en lo que refiere a música, video, libros y revistas. La Samsung Galaxy Tab 10.1 es una singular excepción, no es perfecta y aún le falta terreno por recorrer para superar a su gran rival de la manzana mordida, sin embargo es una compra inteligente para el que busca una tablet Android ligera, portátil y con buen desempeño al momento de jugar.
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