La maldición de Guillermo del Toro en los videojuegos

Un gran cineasta con muchas ganas de innovar un género


¡Y... se perdió! Tal como el dinero del buen Stan en South Park, el ahora cancelado proyecto conjunto de Hideo Kojima con Guillermo del Toro ―que parecía concebido en el cielo― acrecentará la lista de inquilinos en el cementerio de juegos del cineasta mexicano, director de Hellboy y productor de Mama, a quien aún se le niega la opción de hacer un videojuego por razones que, a estas alturas, parecen dignas de una limpia.

Vi a del Toro en la premiere de Pacific Rim en México, a la cual acudió en persona para pedir apoyo a nombre de los cineastas mexicanos. A diferencia de otras celebridades, el director se tomó la molestia de entrar a cada sala agradeciendo a los fans en un gesto que de inmediato gana respeto y simpatía sin importar la opinión que te merezca su trabajo, con lo cual resulta todavía más desafortunado que un medio apasionante y ávido de ingenio se le presente inalcanzable. Pero lo de del Toro no es rechazo como tal, sino también mala suerte.

La mancuerna era extraordinaria y el concepto, asombroso

Y es que para quienes recién llegaron al caso, del Toro y el creador japonés de Metal Gear, Hideo Kojima, habían anunciado en agosto del año pasado un prometedor proyecto survival horror, el cual serviría como continuación y aparente renacimiento de la saga Silent Hill, a la que definitivamente le viene bien un reboot. La mancuerna era extraordinaria y el concepto, asombroso, pues éste se materializó en la forma de un escalofriante teaser interactivo bautizado P.T. o Playable Teaser, pero ahora todo se ha ido derechito a la basura, debido al desaguisado entre Kojima y Konami, el cual hoy parece más apocalíptico que nunca.

Mas no es la primera vez que del Toro emprende un ambicioso proyecto de videojuego y, para su infortunio, tampoco es la primera vez que éste naufraga antes de siquiera haber zarpado. De vuelta en 2010, del Toro se planteó el desarrollo de una trilogía de terror bautizada inSANE, cuyo debut debió ser hace 2 años.

"Es enorme. Estoy aprendiendo mucho. Estoy entrando con un muy, muy modesto acercamiento del tipo 'tengo mucho que aprender'. Soy un gran videojugador, pero cuando construyes, debes tener un gran respeto por el medio.", declaró en su momento el director de Pan's Labyrinth y The Devil's Backbone, 2 de sus más brillantes trabajos cinematográficos y mejores muestras de potencial como diseñador de conceptos para videojuego.

¿Qué pasó? Bueno pues el cineasta jalisciense decidió asociarse, para el proyecto, con la única compañía con la cual debió poner distancia: THQ. Para agosto de 2012, consciente de su difícil situación económica, THQ optó por apretarse el cinturón y deshacerse de todo aquello que supusiera incertidumbre. En la lista figuraba precisamente inSANE y quizá fue lo mejor porque para enero del año siguiente, la distribuidora californiana había desaparecido.

A fines de 2012, del Toro insinuó que el proyecto seguía vivo, ahora en manos de otra compañía con planes para debutar en 2015, es decir, este año. Pero ha habido silencio desde entonces ―a menudo, una mala señal― y aunque no lo doy por muerto, sospecho que inSANE o no es prioridad o no está progresando. Sin importar cuál de las 2 opciones sea, son conjeturas desalentadoras.

La tarea era a prueba de fallos

Sin embargo, cuando del Toro anunció su pacto con Konami y Kojima pensé que esta vez la tarea era a prueba de fallos. Konami no parecía atravesar por dificultades económicas fatales y Kojima, en ese entonces, tenía pinta de vaca sagrada, un personaje intocable y una pareja espectacular para un cineasta también espectacular. Lejos estaba de saber que lo improbable se convertiría en realidad. Kojima y Konami están por tomar caminos separados y la empresa nipona navega, hoy más que nunca, por un mar de incógnitas, dejando escapar talento y oportunidades.

Será en otra ocasión
Será en otra ocasión

Con todo esto, vale la pena preguntarse si a del Toro no le vendría mejor adoptar la ruta de los genios exiliados o despreciados, tales como Tim Schafer y Brian Fargo, en otras palabras: Kickstarter. ¡Piénsenlo! Sí, yo sé que la plataforma digital es sólo para diseñadores independientes, pero hasta donde sabemos, eso es precisamente en lo que Kojima se convertirá y, a falta de un portafolio de proyectos exitosos y una casa de desarrollo establecida, del Toro no es precisamente Sam Houser (Rockstar) o Neil Druckmann (Naughty Dog). Vaya, ambos encajarían precisamente en la categoría que Kickstarter ama y sólo puedo imaginarme la cantidad de dinero que la dupla reuniría si anunciara algo remotamente parecido a P.T. por conducto del financiamiento comunitario.

Esta alternativa se presenta, para Kojima, como una quizá denigrante después de la gloria que alcanzó como parte de Konami, pero para del Toro ―una mente privilegiada en el cine pero sin antecedentes en entretenimiento electrónico― podría fungir como la sala de prácticas perfecta. Una donde puede darse el lujo de fallar sin comprometer a empresas quisquillosas, alérgicas al riesgo y a las nuevas propiedades. Como amigo, Kojima podría contribuir, sin comprometerse a 100% mientras busca su futuro en una empresa más grande, quizás Sony o Square Enix.

Otra opción menos popular y quizá también una repetición de errores del pasado sería la de acudir a una distribuidora/desarrolladora de renombre que brinde a del Toro mayor solidez y garantías. Sí, me refiero a un Electronic Arts, a un Ubisoft o a un Take-Two Interactive. Estoy consciente de que representan, entre los fans, al imperio de la maldad y a los asesinos de la creatividad, pero a mí, por lo menos, no me incomodaría una dupla Visceral Games / del Toro y con los profundos bolsillos de EA, quizá por fin las cosas saldrían bien esta vez.

Ojalá que pronto Guillermo del Toro encuentre su lugar dentro de la industria del videojuego

Lo cierto es que, como industria, la del videojuego sigue sin encontrar la fórmula infalible para albergar cineastas exploradores. ¿Se acuerdan de LMNO? Fue un caso similar. Steven Spielberg quería hacer un juego innovador, pero después perdió interés y fracasó. Boom Blox pasó sin pena ni gloria y, al final del día, son contados los ejemplos de migración entre exponentes de renombre de ambos medios. Tal vez Clive Baker's Undying, el primer Medal of Honor y F.E.A.R. 3 sean los únicos casos reales de éxito. Con ello no quiero decir que la faena sea imposible pero, si de algo sirve la situación de del Toro, es para ilustrar lo difícil que es, hasta para los mejores directores de cine, dar el salto a los videojuegos. Hace falta una pizca de suerte para tener éxito, no nada más intención y buenas ideas, lo cual es un poco irritante. Y si a alguien como del Toro se le cierran las puertas casi sin querer, ya ni hablar de la situación para otros personajes, carentes reputación o fama como tarjetas de presentación.

Ojalá que pronto Guillermo del Toro encuentre su lugar dentro de la industria del videojuego y no termine por convertirse en el equivalente del club Cruz Azul para efectos de desarrollo; ese tipo con ilusiones y muchas ganas pero que siempre, por alguna razón u otra, queda en el borde. ¿O será acaso que del Toro ya se tornó también en una especie de ave de mala güero al estilo maldición de Madden? Hoy tenemos la noticia de que Konami ya no cotiza en la bolsa de Nueva York... ¿será acaso un indicio de crisis? Y si es así, ¿se repetirá el escenario THQ? A esta industria le urgen nuevas perspectivas, ojalá no sea el caso.

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