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El 18 de enero de 2022 será una fecha importante en la historia de los videojuegos porque, de forma inesperada y con bombo y platillo, Microsoft anunció la compra de Activision-Blizzard, una de las compañías más grandes e importantes de la industria, por $68.7 MMDD. La cifra no tiene precedente y sirve para que la compañía norteamericana dé un golpe contundente sobre la mesa. Entre todas las preguntas sobre lo que pasará con estudios, franquicias y exclusividades, una apela a lo inevitable: ¿qué demonios pasará con Bobby Kotick? Pues bien, la industria jugó su carta y, aunque el polémico director general parece tener los días contados, dejará la escena con toda la gloria financiera posible.
Activision nunca estuvo en riesgo, pero sí había potencial de cambio para los trabajadores y la industria
El año pasado, y en marco de una escalada de reportes y problemas propios de la industria de los videojuegos en su ámbito laboral, estalló el escándalo en Activision-Blizzard relacionado con situaciones de abuso, acoso y explotación laboral. El problema dio la vuelta al mundo y se convirtió en una gota que casi derrama un vaso entero, pues a diferencia de otras ocasiones, los trabajadores de Activision-Blizzard protestaron públicamente, un sector hizo huelga tras los despidos en Raven Software, y de nueva cuenta pusieron sobre la mesa el tema de la necesidad de una unión de trabajadores, un sindicato que vele por los derechos laborales de quienes hacen los videojuegos que disfrutamos y que garantice que, por lo menos, no haya cientos de despidos posteriores al anuncio de las nuevas metas financieras superadas, ni amenazas por sus formas de organización.
Today is the third week in which employees across the company are striking in solidarity with Raven QA in response to surprise layoffs. Having had no response from our leadership, Raven QA sent the following letter earlier today. #WeAreRaven pic.twitter.com/e9AjbpuiJN
— ABetterABK 💙 ABK Workers Alliance (@ABetterABK) January 4, 2022
El escándalo ganó peso cuando Xbox, PlayStation, Nintendo, medios y comunidad se unieron al llamado para resolver la situación de Activision-Blizzard pronto. Sí, la idea de que rodara la cabeza de Bobby Kotick se convirtió en una posibilidad, aunque jamás se separó del ideal de justicia que, al final, se ve atravesado por distintos factores, más tratándose de un gigante de la industria capaz de generar miles de millones de dólares a la menor provocación y peor aún, respaldado por inversionistas de todo tipo... Vamos, hasta gobiernos estatales de Estados Unidos tienen dinero de pensiones metido en las acciones de Activision-Blizzard.
Bobby Kotick es igualmente grandioso y polémico directivo de la industria. Recordemos que se apoyó en la idea de "1 es bueno, pero 1000 son mejores" y convirtió a Activision-Blizzard y sus franquicias icónicas, Call of Duty la más en años recientes, en una máquina de hacer dinero pero también en un producto procesado resultante de una fórmula explotada hasta el límite al grado de que parece que la única opción para los estudios de la compañía es trabajar de alguna forma en el FPS o desaparecer.
Ese mismo Bobby Kotick fue expuesto por omisión en la infinidad de reportes que refieren las situaciones lamentables que tuvieron lugar en la compañía que lidera, y también fue señalado y acusado por la misma situación en un giro importante pero que, lamentablemente, no trascendió.
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Salvando al soldado Kotick
¿Qué pasó? Si bien diversos miembros y sectores que integran a la industria de los videojuegos esperaban el anuncio de que la junta directiva de Activision-Blizzard confirmara el adiós de Bobby Kotick, las probabilidades de que esto sucediera eran mínimas por una poderosa realidad: se trata del director general de un auténtico monstruo comercial de la industria. Sí, eso pesa lo suficiente como para considerar el impacto de su caída, pues si Kotick caía, cualquiera podía hacerlo y habiendo tantas cosas en juego, nadie asumiría ese riesgo, mucho menos en un momento en que las denuncias y testimonios refieren un sinfín de problemas laborales en la industria de los videojuegos que llevan a un mismo punto —al menos en EUA—: garantizar los derechos laborales de los trabajadores a través de uniones sindicales, pues por más cambios que se implementen, quienes no son directivos grandes y renombrados siguen incertidumbre laboral.
Los meses pasaron, y también los pretextos para mantener a Kotick y a la junta directiva de Activision-Blizzard. Sin embargo, hoy el día pasaba por ser uno normal hasta que Microsoft anunció la compra de la compañía. Todavía en la previa a la liberación de detalles se pensaba en lo que sucedería con el director general, pero finalmente se confirmó que permanecerá en su cargo durante la fase de transición, que se estima que durará hasta 2023.
Nadie duda de la capacidad de Microsoft para cambiar y mejorar todo lo que controla, y es casi un hecho que los trabajadores de Activision-Blizzard verán cambios importantes en su ambiente laboral, pues ya no se trata de Kotick, la junta directiva y los inversionistas; ahora la verticalidad llega hasta Phil Spencer y Satya Nadella, los rostros y personajes más importantes de Microsoft actualmente. Sin embargo, y aunque también es casi un hecho que los días de Kotick en la compañía están contados, también lo es que saldrá muy bien librado de esta situación, con toda la gloria financiera que su cargo amerita, según los estándares de Activision-Blizzard. Bobby Kotick se saldrá con la suya, aunque sea tomando el camino por la puerta de atrás.
Together with @ATVI_AB, we will usher in a new era of gaming that puts players and creators first and makes gaming safe, inclusive, and accessible to all. https://t.co/fF2Ig3gSfx
— Satya Nadella (@satyanadella) January 18, 2022
As we extend the joy and community of gaming to everyone, we are incredibly excited to welcome the fantastic teams and iconic franchises of Activision Blizzard to Team Xbox https://t.co/DVrgYS8ssB
— Phil Spencer (@XboxP3) January 18, 2022
Al final, Microsoft tomó una decisión importante para sus negocios. En el mundo capitalista no hay lugar para otra cosa y, sin querer (yo pecando de ingenuo) o con toda la intención (yo pecando de abogado del diablo), puso el pecho frente a una granada que podía estallar en cualquier momento. Microsoft y Xbox pueden dar nueva vida a Activision-Blizzard y a sus trabajadores, y salvo que algo extraordinario suceda, el polémico Bobby Kotick se irá, tal como muchos desearon, pero el mensaje que se necesitaba hoy más que nunca, terminó ahogado en miles de millones de dólares.
La operación Salvando al soldado Kotick fue un éxito, cambio y fuera.
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