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El catálogo del Nintendo Entertainment System no deja de sorprenderme. A pesar de que lo conozco desde sus inicios, aún quedan por explorar varios títulos que sobresalen por muchas razones. El enfoque de este texto es el apartado gráfico, pero la selección va más allá de eso, ya que se trata de juegos realmente divertidos que te sorprenden por la combinación entre su hechura y su jugabilidad. En esta ocasión, serán propuestas no tan populares pero igualmente importantes dentro de la oferta de esta maravillosa consola que tantas horas de diversión nos dio y nos sigue dando.
Crisis Force (1991)
Los shooters plagaron la biblioteca del NES, pero son pocos los que realmente valen la pena. Tal vez el ejemplo más representativo del género sea Gradius, aunque también podemos mencionar a Gyruss o The Guardian Legend. El caso de Crisis Force es curioso. Es un shooter vertical que sólo salió en Japón y fue desarrollado por Konami. Tiene toda la personalidad que la compañía les imprimía a sus títulos en ese entonces, con esos efectos de sonido característicos al disparar, explotar o tomar un power up, pero destaca la cantidad de cosas que suceden en la pantalla al mismo tiempo. No es un bullet hell, pero los elementos del fondo de cada escena son tan dinámicos que le dan un efecto muy inmersivo. Por ejemplo, en la primera escena se abre una especie de surco en la tierra que está hecho de tal manera que genera una sensación de profundidad impresionante.
Las batallas con los jefes también son destacables y tienen una buena dosis de reto, el cual es más disfrutable por los efectos de pseudo tercera dimensión y el tamaño de los sprites. Es impresionante el nivel de detalle y cómo por momentos sientes que estás jugando un título de Sega Genesis o de Super Nintendo. Creo que juegos como Crisis Force nos dicen que el NES pudo haber tenido una vida más larga, pero los tiempos de cambio son implacables y así funciona la industria.
Moon Crystal (1992)
Aquí tenemos otro título nipón que nunca salió de su tierra natal. Es un plataformero a la vieja usanza que toma elementos principalmente de Zelda II: The Adventure of Link, aunque al jugarlo es probable que recuerdes algún Castlevania. Tiene algunos problemas de jugabilidad, pero las animaciones son sobresalientes y lo hacen ver como fuera de lugar en la consola. Tiene varios escenarios con fondos en capas que se desplazan a distintas velocidades logrando un efecto de profundidad similar al mencionado en Crisis Force.
Moon Crystal tuvo una moderada aceptación entre la prensa especializada de la época, pero un punto concordante en las críticas fue el de resaltar las animaciones de los personajes y las combinaciones de colores. Esa es la herencia que nos deja este extraño título, ya que en términos de estética bien podría competir con algunos de los juegos que mencionamos la semana pasada.
Quizás para ese entonces ya no era ninguna novedad, pero Moon Crystal incluye cinemáticas entre niveles al estilo de Ninja Gaiden, con una franja en la que se aprecia la acción y texto blanco sobre fondo negro para las líneas de los personajes. No cabe duda de que el Tecmo Theater dejó huella y resultó ser una manera muy efectiva de desarrollar la narrativa del juego y agregarle elementos de dramatismo y tensión.
Metal Storm (1991)
Esta especie de Mega Man glorificado es una propuesta muy interesante por parte de Tamtex, su estudio desarrollador. Es un escenario futurista que sirve como lienzo perfecto para hacer gala de las capacidades de movimiento y perspectiva de la consola, así como de la creatividad de los desarrolladores. El personaje que utilizas tiene la capacidad de jugar con la gravedad, por lo que los niveles están diseñados para sacar el mayor provecho de esta habilidad. No sólo es un gimmick, sino que tendrás que acostumbrarte a moverte entre el techo y el piso para avanzar en algunos casos.
Lo que más me llama la atención de Metal Storm es que no tiene caídas de frame rate a pesar de la gran cantidad de cosas que suceden en la pantalla al mismo tiempo. También sorprende la forma en la que se desplazan tanto el personaje principal como los enemigos, por no mencionar los elementos del escenario, también muy dinámicos y llamativos.
Crystalis (1990)
La primera vez que tuve contacto con este juegazo fue cuando Nintendo lo colocó en su servicio online. Me llamó la atención su portada con un estilo como de La historia sin fin y no pude evitar averiguar de qué iba. Es un caso curioso, ya que se trata de un RPG desarrollado por SNK, estudio mejor conocido por hacer juegos de pelea o shooters. La experiencia es de lo más grato que te puedes encontrar en el NES, con animaciones muy fluidas y con mucho dinamismo, así como un uso muy ingenioso de los colores para lograr efectos de luz poco comunes en la consola. Los escenarios son muy parecidos en cuanto a estructura, pero se sienten distintos debido a este uso inteligente de las tonalidades.
La fluidez de Crystalis se ve favorecida por la mecánica de juego. Las batallas no son por turnos, sino que se van dando sobre la marcha, como sucede en Illusion of Gaia o Zelda II: The Adventure of Link. El inventario y los cuadros de diálogo no le hacen justicia al resto del apartado gráfico ni a las animaciones, ya que son muy austeros. La tipografía se parece mucho a la del primer Final Fantasy. Es imposible jugarlo y no pensar en The Legend of Zelda, lo cual es lógico porque las primeras entregas de la franquicia por parte de Nintendo marcaron un antes y un después y se convirtieron en títulos muy influyentes en el medio.
Fue muy grato para mí hacer este recorrido por juegos que llevaron al límite al sistema de 8 bits de Nintendo. Es muy probable que estés pensando en algunos otros ejemplos, así que siéntete libre de expresarte en los comentarios. Gracias por llegar hasta aquí y nos vemos en el próximo #ViernesRetro.
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