Phil Spencer al ataque: "el metaverso es un videojuego mal hecho"

A pesar de lo duras que puedan parecer estas palabras, éstas no carecen de motivo ni de razón


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Ayer, en una entrevista en el evento Wall Street Journal's Tech Live, Phil Spencer no se contuvo para decir lo que todos queríamos decir: llamó al Metaverso, el proyecto de Mark Zuckerberg para llevar a la realidad virtual la idea de una red social, nada menos que un mal videojuego. En concreto, Spencer declaró lo siguiente: "Hoy en día (el metaverso) es un videojuego mal hecho. Construir un metaverso que es como una sala de estar no es como yo quiero gastar mi tiempo. Lo que veo en el mundo del metaverso es que estamos en la etapa temprana y que esto evolucionará". Ouch.

Sin embargo, a pesar de lo duras que puedan parecer estas palabras, éstas no carecen de motivo ni de razón. Ayer mismo, Meta anunció pérdidas por 9 mil millones de dólares en sus últimos tres trimestres, lo que provocó que sus acciones acabarán por perder dos tercios de su valor en lo que va del año. Estas pérdidas han sido causadas por dos hechos: una caída en los ingresos por anuncios, y el actual drama del metaverso, que ha consumido los recursos de la compañía como si de quemar dinero se tratara. Pero lo que dijo Spencer tiene sentido: ¿Por qué el metaverso resulta tan falto de éxito? Justamente por eso, porque es un mal videojuego que no quiere admitir que es un videojuego.

Desde que fue anunciado, el Metaverso parecía una idea extraña y sin sentido. Facebook siempre fue un chismógrafo glorificado: no necesita un formato muy complicado para atraer a la gente de una generación mayor y vender sus datos a anunciantes sin su conocimiento. El modelo parece sólido, pero comprensiblemente, Meta sabe que Facebook está condenado, porque la generación más joven no lo usa, al grado de que TikTok en estos momentos es la página más usada del planeta, más que Google. El metaverso parecía la idea adecuada para salvarse: crear la red social en la realidad virtual. Pero aquí es que ocurrió algo.

VIDEO: Phil Spencer dice que EL METAVERSO APESTA - BITS

El Metaverso no acaba de convencer justamente porque la interactividad que conlleva, a pesar de lo baja que es, lo convierte de inmediato en algo más que una plataforma de chismes y anuncios con páginas de memes para entretener a la gente. Se convierte en algo muy parecido a un videojuego: Worlds, Second Life, VR Chat, incluso Roblox o Club Penguin. Y aunque estas plataformas no se anuncian siempre como videojuegos, lo cierto es que la comparación es inevitable. De alguna manera, Meta es un videojuego que no quiere admitir que lo es. Y vaya que parece un videojuego muy poco atractivo: torsos cortados flotando en el vacío, sin nada muy interesante qué hacer y DLC hasta las orejas.

Otra prueba de que Meta es un videojuego mal disfrazado es justamente la opinión de uno de los genios que ayudó a crearlo: John Carmack, antiguo director general de tecnología de Oculus. Fue justamente la compra de dicha compañía de realidad virtual por parte de Facebook la que desencadenó el proyecto Meta. Carmack expresó preocupación por el proyecto, aunque más bien tecnológica: su principal reserva estaba en que, como expresó, el Metaverso puede terminar como un proyecto hecho a la medida de la gente de marketing, más que de la gente dedicada a revolucionar la tecnología; de ahí sus numerosas críticas al estado actual de la tecnología Quest. A pesar de que Carmack sigue comprometido con el proyecto, sus críticas dejan claro que Meta necesita replantear sus prioridades.

En fin, todo esto nos dice una cosa: además de ser un videojuego mal hecho, el Metaverso es ante todo un videojuego en negación. Y esto es terrible: debido al acercamiento que tiene la compañía, no hay un mercado interesado en este producto. Los gamers no lo quieren, porque, como dijo Spencer, es un mal videojuego; los no gamers, baby boomers y demás usuarios de Facebook, no lo quieren, porque es innecesariamente complicado y, curiosamente, porque parece un videojuego. En fin, el futuro parece nublado para Meta. Y ese futuro no mejorará si la compañía no acepta su realidad: que tiene mucho que aprender de otros videojuegos y experiencias virtuales, aunque no quiera aceptarlo.

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