Conocida como Samurai X es un anime japonés que le tengo cierto cariño, no sólo porque era una historia de guerreros dándose en la madre y hablando de sus técnicas maestras, vamos, lo típico del género y de la animación nipona. Sino que además tenía algo que decirnos.
A mí parecer es una historia de redención por una época ya pasada y lo que esto conlleva; abandonar ideales antiguos muy arraigados a una cultura, en este caso el del samurai y su nacionalismo.
Si nos ponemos a pensar Kenshin no es ningún héroe y siempre lo recalcan. Ruroni funge como el enlace de los nuevos ideales de occidente que traían hacia Japón pero también representa esa montaña de un pasado bárbaro y por consecuencia ese choque lleno de contradicciones y tensión.
El anime y manga japonés como lo van relatando se trata de un hombre con cicatrices en busca de adaptarse a una nueva época. Es alguien que se hizo asesino jalado por la inercia de la guerra y con el lema de la búsqueda de la paz.
En contraste tenemos a Shishio Makoto que es el otro lado de la moneda de Kenshin. Es un asesino que no abandona sus antiguos ideales. Donde se aferra a creer que el más fuerte es el que sobrevive y el débil se somete para alimentar al fuerte. Se podría decir que es el arquetipo de hombre fascista y nacionalista excesivo. Es el japón en su presentación extremista bárbara y conservadora contra la apertura al nuevo mundo y régimen mundial.
Estas dos personalidades chocan y se crea una tensión para ver quién tiene la razón por medio de duelos de espadas, sin embargo, algo interesante que hace el manga y la animación es que nunca se inclina a una ideología. No intenta ser una obra moralista sino más bien una especie de retrato de un conflicto de ideales y rencillas por el pasado. Si bien Kenshin triunfa pero al final él no es feliz con la victoria. Sabe de fondo los conflictos y también tiene noción que fue usado como herramienta para asesinar a pro de una ideología progresista. Lo mismo el antagonista aunque con otras ideas de trasfondo. Se podría decir que los dos fueron jalados a convertirse en asesinos por los tiempos de tensión. La diferencia es que mataban por diferentes anhelos pero al final como se los hace ver los antagonistas del protagonista: él no deja de ser un asesino pese a que su nuevo lema sea la paz.
Afrontación por el pasado-----------------------------------------------------------------------
"Se dice que las cicatrices que no desaparecen de la piel es porque el alma sigue enferma" Ruro Kenshi no únicamente trata sobre los fantasmas de una nación y los conflictos. Sino también en búsqueda por conciliar el pasado con el presente y por consecuencia tener futuro.
Los que han leído el manga japonés sabrán que la segunda parte se centra más en los intereses personales de Kenshin. Se convierte en un conflicto, ya no por anhelos, sino por venganza y rencores muy añejos pero a la vez una posible respuesta de paz. No con utópica idea de olvidar lo malo, sino de superar el fantasma y seguir adelante, ver más allá, y vivir, vivir con los quien amas y sobre todo darle mayor sentido a tu vida.
Me encanta cómo se cierra esta serie. A diferencia de varias animaciones occidentales o incluso cuentos infantiles donde implícitamente dan a entender que debes olvidar tu pasado o darle menos importancia para salir adelante. Esta animación lo cierra haciéndolo al revés. Se trata la de reconocer tus actos y por consiguiente afrontarlos. Afrontarlos de un modo u otro, pero sobre todo, el error que provocaste no la puedes remediar de ningún modo, y lo deja muy en claro pero tampoco debe ser impedimento para intentar en mejorar por ti mismo y tener esperanza de un nuevo mañana.
Sé porque me gustó ruroni kenshin. Dentro de su ficción con historia lineal y sencillez trae consigo algo que decirnos, algo universal que puede ser comprendido por todos y de ahí que despierte mucha empatía cuando se habla de este anime. No es sólo el hecho de ver batallas padres o movimientos fuera de la realidad o dibujos bonitos.