Hace poco que terminé de leer el volumen de Ghost in the Shell publicado por Panini en México. Lo único que conozco de GitS es la película de 1995, así que pensé que sería interesante ver cuánto cambio hubo en la traslación a animación. Resulta que cambiaron muchas cosas... pero al mismo tiempo, siguió siendo el mismo concepto y la misma esencia.
El más obvio y llamativo cambio fue el diseño de personajes. Mientras que en la peli de 1995 el diseño de personajes es muy serio, muy adulto y hasta podríamos decir que realista (ciertos personajes, como los recolectores de basura, Ichikawa, Togusa y Aramaki, por ejemplo, no parecen personajes de anime típico, sino personas de la vida real), el diseño del manga es, en comparación, infantil, rutinario y nada en especial. El carácter de los personajes tiene los mismos cambios: mientras que en la animación dirigida por Mamoru Oshii todos son extremadamente serios y maduros, en el manga hacen bromas y ríen constantemente, hacen esas expresiones exageradas y caricaturescas en situaciones emocionales, y tienden a hacer comentarios sobre lo mucho que odian a Aramaki, a quien llaman "el mono", por evidentes razones. La historia funciona de las dos maneras, así que en realidad es cuestión de preferencias personales. Para mí, el ver a una Motoko relajada, poco seria y altamente sociable fue un agradable cambio de la silenciosa y perpetuamente estoica Motoko de la película. La hizo más sexy.
En cuanto al tono de las historias, en los dos abunda la palabrería técnica y política, llegando al punto de que se sienten incomprensibles varias partes de la trama. Sin embargo, por el medio en el que se desarrolla, es mucho más marcado en el manda: sin piedad alguna serás expuesto a diálogo tras diálogo sobre política, tecnología ficticia (explicada a tal punto que parecería que se describe a una verdadera), guerras en otros países, y, llegado el punto climático, existencialismo, filosofía, física cuántica, y reflexiones sobre la vida y el mismo universo. Para ser honesto llegué a quedarme dormido al enfrentarme a este aspecto de la obra, pero con el tiempo comencé a "filtrar" mentalmente los diálogos de este tipo, concentrándome en seguir el hilo principal de la trama. Aconsejo no clavarse mucho en este tipo de cosas, o se cae en el riesgo de perder la noción de la historia. Asimismo, el manga contiene varias notas por parte de autor (Shirow Masamune) sobre sus opiniones sobre aspectos de tecnología o de política, o explicaciones detalladas sobre el funcionamiento de cierto gadget o artilugio usado por los personajes. También, al principio leía estas notas pero después ya no les puse tanta atención porque sentía que no me ofrecían información verdaderamente importante y hacían más lento el ritmo de la trama. Curiosamente, al llegar al final, vemos un advertencia por parte del autor de que no es recomendable leer esas notas porque, precisamente, interrumpen el ritmo y lo hacen demasiado lento. ¡Esa advertencia debió estar al principio, no al final! Por cierto, si a veces parece que la trama misma es demasiado complicada y rebuscada, la maldita traducción mediocre del tomo de Panini no ayuda en nada.
Hablando de este tomo, mil felicitaciones por la calidad de papel y de impresión, sobre todo en las páginas de color, en donde se ve tan bello que en verdad desearías que todo el manga fuera así. Una edición muy bien cuidada, sin duda, a excepción de la traducción y adaptación.
Volviendo al tema, el manga tiene 11 historias diferentes, las cuales, a pesar de mantener una continuidad, son autoconclusivas (la mayoría), y siempre son sobre una amenza terrorista, un cibercrímen o el uso de tecnología para medios ilícitos. La película, mientras tanto, es una amalgama o mezcla de algunas de estas historias; es decir, la adaptación está muy lejos de ser literal, cuadro por cuadro, al estilo de la película Watchmen. Más bien, el guionista y director de la película animada tomaron el manga como punto de partida para crear su propia obra, con su propio tono (uno mucho mas adulto) pero respetando lo más posible la esencia de la obra original. Este tipo de adaptaciones son mucho más fascinantes que la descerebrada y perezosa tarea de crear una película fatigosa y aburrida que pretende recrear cuadro por cuadro por cuadro por panel el cómic original, y sin duda, es una buena referencia en cuando a cómo se puede lograr una buena adaptación.
El volumen de Panini contiene ciertas escenas en las que se basaron para crear algunas de las secuencias más icónicas del fime: cuando Motoko entra en el edificio y mata al refugiado político del inicio (en el manga no está Nakamura con ellos, sino Aramaki), la persecución de los recolectores de basura, la pelea contra el "tanque araña" (en el manga es nombrado Think Tank)y la aparición del proyecto 2501. Cabe mencionar que los diálogos de esa escena en particular (ya sabes, Nakamura y Aramaki hablando y de pronto despierta el torso femenino) es prácticamente igual.
La escena de la fusión de la Mayor y del Proyecto 2501, en el anime, es una plática super densa de filosofía, darwinismo y simbolismo religioso. En el manga, esa escena climática está compuesta por una visión cosmológica que abarca desde la totalidad del universo hasta las partículas subatómicas, y los puntos de vida por parte del autor sobre la vida; algo que se siente menos como narrativa y más como un ensayo muy pacheco y elevado. No se siente pretencioso, al menos no en mi opinión, porque la forma en que está escrito el manga nos revela que el autor es una persona naturalmente e inesforzadamente profunda y complicada: alguien tan alejado del simplismo que, una historia simple para él sería muy complicada para una persona mas "normal".
Es por esto por lo que, a pesar de no haberlo comprendido totalmente, recomiendo este cómic; aunque sea para echarse un taquito de ojo con la sexy mayor Motoko. Aunque este panel la neta sí me puso triste y enojado.
Motoko tiene novio. Chale.