Pese a la creciente presión de los inversionistas y la crisis generalizada que vive Nintendo en este momento, Satoru Iwata, mandamás de la compañía japonesa con base en Kioto, refrendó notoriamente frustrado- que no producirán juegos para teléfonos inteligentes, aunque esto se traduzca en ganancias a corto plazo.
Si lo hiciéramos, Nintendo ya no sería Nintendo, sostuvo, y es que, de acuerdo con Iwata, uno de los baluartes de la gran N es su equipo de desarrollo de hardware, por lo que es deber de la gerencia explotar esa fortaleza. En pocas palabras, ¿para qué se tiene a un grupo de gente produciendo consolas, si se piensa adoptar otro modelo de comercialización? Lo anterior tiene sentido desde una perspectiva de compromiso con los ideales de la empresa, no obstante, la industria cambió radicalmente en los últimos cinco años, por lo que bien valdría reconsiderar.
Pero lo preocupante de la declaración viene más adelante, y es que Iwata no parece estar seguro del camino a seguir, lo que queda en evidencia cuando dice que es probablemente la decisión correcta pues él cree que su responsabilidad va más allá de la recaudación inmediata y radica en favorecer una solidez competitiva a mediano y largo plazo. El detalle a considerar es que, por el momento, los accionistas no están interesados en lo que va a pasar en cinco años, sino ahora que el valor de su participación se devalúa con cada día que pasa y el 3DS no mejora.
Cabe recordar que no se trata de la primera ocasión en la que Iwata descarta la posibilidad de adoptar el mercado telefónico como desahogo para las dificultades que enfrenta Nintendo en este momento, pero ¿será la decisión correcta? Quizás los accionistas tengan una idea diferente en cuanto al rumbo que deberían tomar sus inversiones.
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