Ya se habían tardado las autoridades iraníes en reaccionar ante el escenario ficticio planteado por el exitoso FPS de Electronic Arts, Battlefield 3, mismo que sugiere una guerra civil en la frontera de Irak con Irán, cuyo trasfondo va más allá de los confines de Medio Oriente e involucra una amenaza nuclear a gran escala.
Así las cosas y, como era de esperarse, la administración del polémico Mahmoud Ahmadinejad, declaró hace algunas horas que la distribución del título en cuestión es ilegal y todas las tiendas de computadoras tienen prohibido venderlo.
De cara a esta predecible medida, algunos dueños se abstuvieron de poner Battlefield 3 en sus aparadores, incluso antes de que el veto se hiciera formal, toda vez que la policía iraní efectuó operativos y arrestos a lo largo de las últimas semanas.
Curiosamente, un grupo de jóvenes reunió 5 mil firmas para impulsar la drástica ley. Entendemos que la historia del videojuego es hipotética [pero] pensamos que fue lanzado a propósito en un momento en el que Estados Unidos favorece el temor de la comunidad internacional hacia Irán.
Durante el gobierno de Ahmadinejad se ha trabajado en un inquietante programa nuclear al interior de Irán, situación que, aunada a otros factores, deterioró gravemente las relaciones del país islámico con la Unión Americana e Israel.
Se trata de la tercera vez en lo que va del año que propuestas bélicas han sufrido las consecuencias por situaciones un tanto ajenas al entretenimiento electrónico. Vale recordar que Wolfenstein 3D Classic fue vetado en Austria y Suiza por la presencia de esvásticas; mientras que Noruega prohibió Modern Warfare 2 debido al lamentable atentado de hace algunos meses.
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