Aunque Dead Island llegó al resto de Europa hace ya dos meses, Deep Silver y su empresa propietaria, Koch Media, seguían batallando para que Alemania aceptara al título de zombis como parte de la dieta de videojuegos para los jóvenes teutones, hasta que hoy se decidió vetarlo oficial y definitivamente.
En vista de las dificultades que se estaba experimentando con la distribución en dicho país, la noticia no fue inesperada para Techland, la casa de desarrollo responsable por Dead Island, pues Alemania tiene sus regulaciones muy particulares en lo concerniente a videojuegos y violencia, y la industria no tiene otra [opción] más que obedecer, declaró uno de los desarrolladores.
Así las cosas, el Departamento Federal Alemán para los Medios Dañinos para las Personas Jóvenes (BPJM), colocó al singular RPG en la misma categoría que aquellos materiales que involucran tortura extrema o apología del nazismo, mejor conocida como Lista B.
En respuesta y para mitigar los efectos que el veto tendrá en el mercado de dicha región europea, Koch Media optó por llevar el juego al vecino país de Austria, ubicado al sur de Alemania.
Establecido en 1954, el BPJM es el órgano regulador en materia de entretenimiento y está apoyado sobre el principio legal de que la libertad de expresión no está exenta de límites en Alemania. Naturalmente, el BPJM ha sido criticado antes por impulsar medidas de censura, y el hecho de que este país sea el único en occidente con una institución de dichas características restrictivas.
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