Cuando en 2010 se desató el conflicto de Activision con la mancuerna de Vince Zampella y Jason West, fundadores de Infinity Ward y creadores de la rentable franquicia Call of Duty, se establecía que el motivo de la ruptura se había dado ante la intención del distribuidor de retener pagos al estudio hasta que no concluyera el desarrollo de Modern Warfare 3. Con este argumento es que se inició un proceso legal al que se le dará seguimiento el próximo 1 de junio, y que ya ha causado considerable polémicacall , pero al margen de los incidentes recientes y lo que pueda suceder a futuro, se ha revelado un nuevo detonante: Infinity Ward deseaba dar un descanso a Call of Duty, para dedicar tiempo a una nueva propiedad intelectual.
En entrevista con la revista Game Informer, Jason West comenta que una de las clausulas de su contrato con Activision daba rienda suelta a Infinity Ward para trabajar en cualquier nuevo proyecto tras finalizar el desarrollo de Modern Warfare 2, sin embargo, el contratista no cumplió su parte del acuerdo. Según West y Zampella, Activision prometió libertad e independencia, pero su única intención era asegurar que Modern Warfare 2 llegara a los anaqueles. El entrevistado dice que los ejecutivos de Activision tenían la consigna de decirle a Infinity Ward lo que fuera necesario, con tal de que el estudio se comprometiera a terminar el juego en los tiempos estipulados. El abogado de este par, Robert Schwartz, agrega que Bobby Kotick, director general de Activision Blizzard, jamás consideró rendir honor a sus promesas, y cuando llegó el momento de responder, la reacción fue agresiva.
En fechas recientes, Activision intentó conciliar su relación con exmiembros de Infinity Ward al ofrecerles un cheque de $42 millones de dólares, pero los antiguos integrantes del estudio consideran que los bonos y regalías correspondientes superan por mucho tan mediocre cantidad de dinero, además de calificarlo como un paliativo para quedar bien con el jurado. Por su parte, el distribuidor está intentando demostrar que Vince y Zampella conspiraron contra la compañía, en colaboración con Electronic Arts. Fuera de que Activision y EA ya llegaron a un arreglo, West argumenta que es difamación absurda, y señala con ironía: dicen que orquestamos nuestro propio despido claro, ¿para qué necesito los 100 millones que me corresponden? ¡Mejor despídanme!.
Los exdirectivos de Infinity Ward manifiestan que estaban conscientes del deterioro creativo de Call of Duty, y sabían lo que pasaría con Modern Warfare 3 si no le daban un descanso a la franquicia. De acuerdo con West, su estudio habría hecho una nueva propiedad intelectual y luego Modern Warfare 3, para garantizar la necesaria frescura. Darle descanso a una franquicia tan reiterativa siempre es algo bueno, además, no es como que nos quedáramos sentados sin hacer nada, estábamos planeando un proyecto que iba a ser benéfico tanto para Activision, como para nosotros. ¿Qué proyecto? Es posible que se trate del juego misterioso que Respawn, nuevo estudio de Vince y Zampella, creará para Electronic Arts.
Comentarios
Mejores
Nuevos