Microsoft desechó el controvertido plan de gestión de derechos digitales que tan mala reputación le había dado al Xbox One; sin embargo, otros aspectos incómodos del aparato permanecerán, como el precio y Kinect.
Cabe recordar que dicha consola valdrá $499 USD, es decir, $100 USD más que el PlayStation 4, y que ha habido múltiples quejas en torno a Kinect, dispositivo que muchos fanáticos consideran innecesario e incluso invasivo.
Mark Whitten, jefe de producto de Xbox, aclaró ayer que no existen planes para aplicar un recorte al costo del Xbox One, pues están "realmente emocionados" con el valor que entregarán desde el primer día.
En lo que concierne a Kinect, Whitten dijo que es parte central de la experiencia del Xbox One, con lo cual queda descartada la eventual remoción del periférico.
Ahora bien, no todo fueron ganancias con el anuncio de ayer de Microsoft. En la transición se perderá la libertad de compartir juegos digitales hasta con 10 amigos o familiares, lo que al margen de la polémica, se antojaba como una idea interesante.
Whitten fue contundente en este aspecto. "Ahora ya no verán ese contenido.", dijo el ejecutivo. "No vamos a entregar eso.", añadió; pero se desconoce por qué los juegos físicos no pueden convivir con esta atractiva opción, ahora descartada.
Microsoft anunció ayer que, luego de escuchar la retroalimentación de la comunidad, removería prácticamente todas las políticas que ataban al Xbox One a Internet, así como las restricciones regionales, con lo cual la consola operaría del mismo modo que el Xbox 360.
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