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Recientemente, BlackMill y M2H lanzaron Verdun, el primer shooter realista contemporáneo que trata el muy olvidado tema del frente occidental durante la Primera Guerra Mundial. ¿Nuestro veredicto? Un título interesante por su temática y adecuado en su tratamiento, aunque no demasiado original para quienes conozcan juegos Red Orchestra: Heroes of Stalingrad y semejantes. A pesar de que también le hace falta un poco en cuanto a contenido, modos de juego y variedad, Verdun hace un muy encomiable trabajo de recrear una época olvidada mediante las herramientas del FPS simulador contemporáneo y lo hace con solvencia.
La Primera Guerra Mundial, luchada principalmente en la Europa continental durante 1914-1918 y que confrontó a la Triple Entente (Francia, Inglaterra y Rusia) contra las Potencias Centrales (Alemania, el Imperio Austro-húngaro y Turquía, unidas durante algún tiempo a la voluble Italia) es un escenario olvidado en el mundo de los videojuegos por una serie de factores que disminuyen su impacto dramático y el interés de las mecánicas de juego. En cuanto al dramatismo, históricamente se trató de una guerra ambigua, sin villanos ni héroes (los alemanes eran duros pero no incurrían en comportamientos ilegales e ideológicamente motivados como lo harían veinte años más tarde), que provocó la impresión de ser una enorme pérdida de tiempo y una sangría para la juventud de Europa en nombre de objetivos prácticamente nulos. En cuanto a sus tácticas, se trató de un conflicto sumamente tedioso y falto de épica debido a la famosa guerra de trincheras: prácticamente se ocuparon las mismas posiciones en la frontera franco-belga y franco-alemana en toda la guerra, sin que ello aminorara la que fue una matanza sin precedentes en la historia de Europa. Sin tanques y con la aviación en sus inicios, se trató de una guerra inmóvil e ingrata para todos sus participantes y en prácticamente todos sus frentes.
Dicha realidad histórica explica que los videojuegos hayan evitado la Primera Guerra Mundial y hayan favorecido la Segunda, con sus emocionantes batallas épicas (Stalingrado, Midway, Tobruk, Operación Overlord) y sus bandos ideológicamente bien definidos (aliados buenos contra nazis depravados). Sin embargo, la Primera Guerra Mundial también es interesante, y Verdun intenta probarlo. El juego se centra en los escenarios principales del Frente Occidental, el más crucial aunque también el menos dinámico de la guerra, y presenta 3 modos de juego de escuadrón y un free-for-all para experimentar las carnicerías militares que marcaron a una generación.
El modo de juego principal es por escuadrones, es decir, unidades diferenciadas con equipo propio y propósitos tácticos diferentes. Los escuadrones están basados en unidades históricas y tienen características específicas. Por ejemplo, tenemos a los Alpenjäger, los cazadores de élite del Imperio Alemán, sólida unidad de montaña con imbatibles rifles de precisión; los Tommies, el nombre genérico del ejército inglés, versátil y bien organizado; la infantería ligera francesa o Chasseurs; los cuerpos principales de Francia o Poilus, y los Landsers, la unidad de ataque pesada del Imperio Alemán. Cada tipo de escuadrón tiene armas, uniformes y fortalezas y debilidades propios. Asimismo, cada escuadrón tiene diversos tipos de subunidades con funciones específicas (ataque, defensa o liderazgo). Por ejemplo, tenemos a la oficialía, los francotiradores, los encargados de reconocimiento, los operadores de metralletas y los fusileros, cada uno con su valor táctico.
Una recreación realista de los frentes de la Primera Guerra Mundial
Hay 3 modos planeados por escuadrón: Frontlines (guerra de trincheras), Offensive (ataques escalonados) y Last Stand (resistencias heroicas) aunque por el momento sólo el primero está disponible. El modo Frontlines permite experimentar la guerra de trincheras. El mapa está dividido en sectores que pueden ser capturados por cada bando en una progresión de ataque y contraataque (defensa), que pueden fracasar o tener éxito. Por ejemplo, comienzas con una trinchera que debes defender. Si tienes éxito en conservar la línea, pasas a la ofensiva. Si capturas, tienes una nueva trinchera, pero si pierdes, los enemigos ahora atacarán tu trinchera. El juego acaba cuando alguien captura la mayoría de las posiciones enemigas o cuando se acaba el tiempo (empate). El resultado es una recreación realista de los frentes de la Primera Guerra Mundial, con sus lentos y desesperantes avances y retrocesos.
Por supuesto, Verdun no es un shooter arcade, sino un simulador FPS, por lo que sus valores son realistas: la mayoría de los disparos son letales, las armas tienen tiempos de carga realistas, el terreno es difícil de navegar (incluso puedes morir por insistir en apretar W en un alambre de púas), la movilidad es la de un humano promedio y es vital agacharte y arrastrarte por el piso si no quieres ser acribillado como un noob. El juego recuerda a títulos como Red Orchestra, aunque un poco más limitado por el setting (sin los tanques ni las katanas de Rising Storm).
Los mapas son fieles a la falta de variedad del frente occidental: trincheras cafés hasta donde el cielo alcanza (Vauquois); tierras de nadie (Argonne), montañas llenas de pedregales (Vosges) y el primer día de la batalla de Verdún (Caures). Los escenarios podrían ser difíciles para los que no estamos acostumbrados a esos ambientes: distinguir a los soldados enemigos en esos parches de tierra gris y desolada y con el Sol enfrente puede ser sumamente difícil. Sin embargo, la recreación de las trincheras y los escenarios de la guerra es acertada y ofrece todo tipo de oportunidades tácticas. Asimismo, como el juego es mucho más simple que Red Orchestra, no se siente imposible contribuir a tu escuadrón con ataques heroicos e infiltraciones: al menos no tienes que vértelas contra tanques y el implacable armamento de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, por el momento Verdun todavía se siente en los huesos: a pesar de toda su autenticidad, parece un mod de otros FPS. Sobra decir que no tiene elementos para un solo jugador y faltan algunos modos prometidos por los desarrolladores. La variedad de mapas y facciones es limitada: ojalá en un futuro podamos recrear batallas más épicas como Galípoli o Tanenberg. Verdun es un título al que le falta camino por recorrer, pero es promisorio. No se trata de la mejor propuesta en el género, pero los fans del aspecto histórico y la fidelidad que quieran experimentar un setting olvidado por los shooters del mainstream harían bien en echarle un vistazo.
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