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Desde que League of Legends se popularizó y convocó a decenas de millones de jugadores cada mes dentro de su colosal comunidad, el concepto de arena de batalla ―conocido como MOBA― tomó tanta relevancia que en la actualidad es uno de los más populares, equiparable con el género shooter. A partir de esa fascinación global, todas las compañías comenzaron a crear sus propias propuestas, algunas mucho más interesantes que otras. La de Crytek, de nombre Arena of Fate, es una de las más llamativas gracias a su inspiración en personajes históricos reales y en celebridades provenientes del folclor y la fantasía. Sin embargo, detrás de su estética, hay mucho más.
La dinámica del juego es tan idéntica a otros títulos del mismo estilo, que cualquier veterano se sentirá familiarizado; los controles son idénticos y obviamente la mecánica consta de reglas similares: 2 equipos de 5 jugadores se enfrentan en una zona con 3 caminos principales y varias ramificaciones, con el único objetivo de aniquilar a sus oponentes y, a la vez, destruir las defensas enemigas ―dígase las torres y la base principal―. Cada jugador tiene oportunidad de elegir un tipo de personaje de un repertorio de 30, que van desde la inocente Caperucita Roja hasta el valeroso Robin Hood, pasando por el excéntrico Nicola Tesla, un samurái inspirado en Miyamoto Musashi o el poderoso lobo nórdico Fenrir.
A simple vista, Arena of Fate se plantea como un MOBA más, sin algo genuinamente distinto que ofrecer. Sin embargo, se trata de un acercamiento fresco al género debido a que su dinámica es mucho más accesible, ideal para la gente que desconoce este tipo de juego. Las habilidades principales están disponibles desde el inicio de la partida, así que la recompensa por subir de nivel es acceder a mejoras en el desempeño del personaje y un par de habilidades únicas. Las primeras son tan simples como un incremento en el poder de ataque, más puntos de salud o mayor cantidad de armadura, sin demasiada complicación; mientras que las segundas refieren a cualidades de soporte para el grupo, de supervivencia o de movilidad. Por ejemplo, Tesla es capaz de generar una burbuja que desacelera el movimiento de los enemigos que la atraviesan, puede activar un dispositivo que lo resucita al instante o produce un campo electromagnético que causa daño excesivo a cada oponente en su interior.
Hay 3 alternativas para ganar un enfrentamiento: obtener 10 puntos, destruir la base principal enemiga o por puntaje, después de 20 minutos transcurridos. Para conseguir un punto es necesario matar a 7 héroes contrarios, eliminar una torre o en su defecto, acabar con uno de los titanes que aparecen repentinamente en la zona de batalla. Sobra decir que la variedad de condiciones para ganar propicia una experiencia más liberadora, que contrasta con las exigencias de DOTA 2, el más sofisticado representante del género; de hecho, mientras el juego de Valve podría considerarse la propuesta MOBA más hardcore, Arena of Fate propone algo relativamente arcade. La ventaja de esta creación de Crytek es que su limitación de tiempo hace que todo cobre mayor significado, pues no existirán fatigantes partidas que se extiendan durante horas.
Alguien comprometido con League of Legends seguro se sentirá sofocado ante la simpleza de Arena of Fate, dado que no hace falta tener una elaborada tabla con valores para dominar la experiencia de juego, pero el resto de la gente, ya sea que esté familiarizada con la mecánica o se sienta intimidada por los juegos con esquema de arena de batalla, disfrutará del entretenimiento sin complicaciones. Hay un gran margen de personalización, sin embargo, es muy fácil de entender e inclusive los controles son sumamente intuitivos.
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