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Civilization es un juego difícil de abandonar. Basta un buen pretexto para recaer y pasar horas jugando, turno tras turno hasta el final. Este año el pretexto para regresar es Gathering Storm, la segunda expansión de Civilization VI, donde la naturaleza es otro jugador a vencer.
En retrospectiva, cada expansión de la franquicia lleva consigo una enorme lista de cambios y adiciones que de enumerarlos nos llevaría varias cuartillas, por lo que para efectos prácticos nos enfocaremos en lo fundamental y en lo que enriquece la experiencia de juego.
Lo primero que ha enfatizado Firaxis Games, desarrollador del juego, es la importancia que tienen ciertos fenómenos climáticos como tormentas, tornados, huracanes, inundaciones y sequías, aunque hay más. La mayoría tienen carácter aleatorio y pueden evitarse al elegir con cuidado una ubicación adecuada para asentar tus ciudades o los efectos pueden mitigarse construyendo mejoras que las protejan, pero otras son consecuencia de tus acciones y producto del cambio climático.
- Versión reseñada: PC (Steam)
La tierra se une a la partida
Esta no es la primera vez que el equipo de Sid Meier experimenta con eventos de esta clase; hace un par de años vimos algo similar en Civilization: Beyond Earth, donde en ciertas casillas había alienígenas subterráneos que podían causar estragos. En Gathering Storm se rescata la dinámica con la adición de volcanes activos, pues se encuentran dormidos, pero al hacer erupción pueden dañar edificaciones o unidades dentro de su perímetro; y lo mismo pasa con los ríos o el mar. Afortunadamente, la conclusión de estos desastres trae algunos beneficios como mejoras de la calidad de la tierra porque la fertilizan, lo que la hace más productiva para cultivar alimentos.
El cambio climático es un tema en esta expansión y eso está relacionado directamente con los recursos estratégicos y la generación de energía. De esta forma y como si se tratara de un SimCity, al llegar a la modernidad las ciudades requerirán energía eléctrica y para ello se requieren recursos naturales como el carbón o el petróleo que terminan por contaminar el planeta o energías renovables como el agua, el sól o el aire. La decisión parece simple: usar energía renovable y listo, pero lamentablemente funciona como en el mundo real, así que esos recursos no se encuentran disponibles en cualquier lugar y la mayoría de las tecnologías para desarrollarlos están disponibles en etapas muy avanzadas de la partida.
Otra de las novedades se refiere a la Diplomacia. Se trata de una forma para ganar el juego que no suele ser muy popular por su ambigüedad, pero que en esta actualización fue mejorada para hacerla clara y competitiva. Igual que con otros tipos de victoria, tu civilización genera un puntaje de “favores diplomáticos” estos son utilizados en asambleas de las Naciones Unidas donde se realizan dictámenes, que son leyes de orden mundial que traen beneficios o perjuicios a ti o a otros jugadores. Cada favor diplomático cuenta por un voto y el que obtiene más, gana. Sin embargo, para obtener la victoria diplomática el único dictamen que importa ganar es el de “Ganador de la Asamblea” y el primero que consiga 10 de estos dictámenes obtiene la victoria diplomática.
Si bien los fenómenos climáticos son una adición interesante estos pocas veces llegan a causar catástrofes de gran escala cómo lo que sucedió en Pompeya. Desde antes de fundar una ciudad la casilla incluye iconos que te informan de posibles desastres por lo que para evitarlos sencillamente fundas tu ciudad un poco más lejos de las zonas de riesgo.
La expansión también incluye 9 nuevos líderes, 7 maravillas del mundo y 7 maravillas naturales, 18 unidades, 15 mejoras, 9 edificios, 5 distritos, 2 conjuntos de edificios, 9 tecnologías y 10 principios. Disfruté especialmente la nueva unidad de Banda de Rock, la cual ayuda a generar turismo para obtener una victoria cultural y que requiere puntos de Fe para crearlas. Aunque siempre es tentador divulgar el Guaripolismo por el mundo, nunca tuve la determinación para obtener una victoria religiosa mediante los puntos de Fe, así que poder utilizar estos puntos para otras victorias me sirvió perfecto y si le sumamos que sea el rock lo que te hace conquistar el mundo... bueno, pues no imagino mayor satisfacción.
Si le sumamos que sea el rock lo que te hace conquistar el mundo... bueno, pues no imagino mayor satisfacción.
Otro elemento interesante es el Robot Gigante, una unidad disponible en las etapas finales que dota de personalidad a los campos de batalla del futuro. Es un deleite verla enfrentándose a unidades de caballería e infantería, aunque puede ser derrotada fácilmente por unidades aéreas.
En fin. Si no has tocado Civilization VI en un tiempo y estás buscando un buen pretexto para volver, la expansión Gathering Storm sin duda lo es. Los cambios mayores como la victoria diplomática y las pequeñas adiciones como los fenómenos climáticos y las nuevas unidades dan como resultado una experiencia refrescante y novedosa para los jugadores de este gigante de la estrategia por turnos. Si me lo permiten, regresaré a Civilization VI, para jugar un turno más.
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