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Revivir la magia de la era dorada de los JRPG de los noventa es una tarea difícil y delicada. RPG Factory se atrevió a intentarlo con Lost Sphear y, desafortunadamente, los resultados son mixtos.
Lost Sphear es un JRPG de la vieja escuela hecho y derecho, lo que significa que retoma mucho de juegos como Chronno Trigger y Final Fantasy VI, pero desafortunadamente, no sólo toma prestado lo positivo, sino también los clichés del género. Esto es un arma de doble filo porque, por un lado, genera nostalgia por los juegos de rol clásicos y hace recordar los buenos tiempos, pero por otro, puede provocar que la fórmula se sienta gastada y que te aburra después de un rato. Por ejemplo, el protagonista y sus amigos son niños huérfanos que se ven involucrados en una aventura épica, pues resulta que uno de ellos tiene poderes increíbles. También están los viejos sabios del pueblo, Inns en los que descansas para recuperar energía, pociones, daño elemental, debilidades y esos elementos básicos que, al parecer, siempre deben tener los JRPG.
Además de repetir los viejos clichés Lost Sphear también trae a la mesa cosas relativamente nuevas, como el modo de batalla que, a pesar de ser por turnos, te permite mover a tus aliados en el campo para hacer más daño. También están los Volcosuits, pero me estoy adelantando, hablemos de eso después y veamos una de las partes más importantes de los juegos de rol: la historia.
Antes de empezar me parece importante mencionar que Lost Shpear está totalmente en inglés, francés, alemán y japonés; todo en el juego es texto con muy pocas voces en japonés (sólo en las batallas), por lo que si no hablas alguno de estos idiomas te perderás toda la historia e incluso podrías trabarte, pues no hay marcadores que indiquen a dónde ir y tendrás que poner mucha atención al diálogo o apretar R1 para que tus aliados te den pistas.
Ahora sí: en el juego tomas el rol de Kanata, un joven que vive en un mundo donde las cosas empiezan a desaparecer misteriosamente. Desde bolsas hasta pueblos enteros se ven envueltos en una niebla blanca que los remueve completamente del mundo cuando son olvidados. Sin embargo, no todo está perdido, pues mediante sueños Kanata descubre rápidamente que tiene el poder de eliminar la niebla del mundo usando las memorias de personas y monstruos para que las cosas regresen al mundo real y vuelva todo a la normalidad.
La historia es suficientemente interesante y tiene sus momentos, pero el principio y algunas partes pueden parecer flojas y algo aburridas, lo que resta interés a la experiencia y puede hacer que se sienta tediosa o predecible, pues hay mucho backtracking y pasas mucho tiempo yendo del mismo punto A al mismo punto B. Hay que sumar a esto que los personajes no son muy carismáticos ni tienen mucha personalidad, quizá —en parte— porque casi nunca pueden verse de cerca los modelos debido a que la cámara está fija en una posición isométrica, lo que dificulta ver sus “expresiones” e identificarse más con ellos. Esto no significa que los personajes sean malos o desagradables, simplemente no pude identificarme mucho con ellos y me parecieron algo genéricos, lo que disminuyó un poco mi interés. Otra cosa que encuentro algo desalentadora es que muchos de los NPC no cambian sus diálogos cuando algo grande pasa, así que puedes salvar un pueblo entero de la aniquilación total y un niño seguirá diciéndote que le gusta su perrito... como si nada hubiera pasado.
Lost Sphear no tiene side quests que te distraigan de la historia principal, lo cual también es un arma de doble filo, pues por un lado, no tienes que pasar media hora buscando una escoba para que te den una poción, pero por otro, hace que el mundo se sienta un poco plano y sin mucho más que hacer que avanzar y terminarlo.
Pero vamos a la parte positiva: el gameplay, que toma partes prestadas de juegos como Chrono Trigger, FF VI y, por supuesto, su predecesor I am Setsuna del que hasta recicla monstruos. El modo de batalla es por turnos (ATB) y tiene todos los elementos que esperas, como debilidades elementales, poderes que aceleran o ralentizan los ataques y la habilidad de usar poderes especiales. El combate es un poco más dinámico que en los juegos clásicos donde los malos están parados de un lado y los buenos del otro, pues como mencioné, en Lost Sphear puedes mover de lugar a tu personaje para hacer más daño. Para esto hay diferentes poderes y personajes. Por ejemplo, Van (el personaje que me pareció más interesante) puede causar daño con un rayo que se mueve en línea recta, así que tienes que posicionarlo para que su ataque afecte a 2 o más enemigos de un solo golpe. También hay poderes que afectan a todos tus oponentes en el área y hasta los golpes individuales pueden pegar a 2 rivales si están suficientemente cerca. Este modo de pelea agrega dinamismo y hace que la experiencia se sienta más divertida que apretar X mil veces para que tus aliados ataquen uno tras otro cuando ya son muy poderosos.
A lo anterior se suman los Volcosuits, unos trajes estilo mecha que puedes equipar y desequipar en tiempo real y que te hacen más fuerte y te dan poderes estilo Chrono Trigger para que uses a varios aliados y el poder sea más devastador. A pesar de que esta mecánica suena muy interesante, sentí que le faltó estar más pulida para alcanzar su verdadero potencial.
En la dificultad normal, la curva de aprendizaje es un poco rara y en un momento estarás matando a todo mundo tranquilamente y de la manera más fácil sólo para toparte con pared al enfrentar a un jefe que parece simplemente imposible, pues te lanzará poderes injustos de muerte instantánea de un solo golpe al principio de la pelea, ralentizará a todo tu equipo o cosas por el estilo que te agarrará en curva. Por supuesto, sólo hace falta agarrar un poco de maña y administrar tus recursos para derrotarlos. Ah y salvar siempre que puedas para que no te tomen por sorpresa.
El juego tiene 3 niveles de dificultad y, a pesar de la variedad de ataques, en la dificultad media no requieres demasiada estrategia, así que podrás pasar la mayoría de las peleas simplemente usando tus poderes más fuertes todo el tiempo y aniquilando a todo lo que se te ponga enfrente. Si eres un veterano de este tipo de juegos y lo tuyo es sufrir, es recomendable subir la dificultad al máximo.
Como en todo RPG que se respeta, el sistema de batalla de Lost Sphear se ve apoyado por armas y armaduras que puedes subir de nivel, nuevas habilidades y —en este caso— recuerdos que puedes usar para crear estructuras que te ayudan en el mundo o en áreas específicas con acciones como subir el ataque o la magia en general de tus personajes. También podrás usar Spiritnite, un tipo de materia que te da diferentes poderes y que puedes cambiar según las necesidades de la batalla.
El juego tiene pequeños detalles que mejoran la calidad de vida, como la capacidad de salvar donde quieras (siempre y cuando no estés en batalla), lo que elimina algo del backtracking si te matan inesperadamente o la posibilidad de apretar un botón durante un diálogo para regresar a leer algo que te perdiste o en lo que no le pusiste mucha atención. Ah, y tampoco hay random encounters, así que puedes explorar el mundo sin el miedo (o el tedio) de que te detengan encuentros aleatorios todo el tiempo.
En general, Lost Sphear traerá muchos recuerdos a los amantes de los JRPG clásicos, aunque también les recordará su parte tediosa. Si no tuviste la fortuna de entrarle con todo a los juegos de rol clásicos en su tiempo, podrías encontrar mucho valor en Lost Sphear y descubrir un género olvidado que dio muchas alegrías a toda una generación.
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