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Año tras año, FIFA recibe airadas críticas por el carácter reiterativo de la saga futbolística, pero para ser francos, durante la pasada generación, EA Canada logró inyectar a cada entrega algo nuevo que hacía que la experiencia completa se sintiera fresca tanto dentro como fuera de la cancha. Este año no es la excepción, pero algunas modificaciones no nos convencieron del todo y otras pasaron desapercibidas, pese a lo glorificadas que fueron de cara al estreno.
Primero lo primero: la presentación. FIFA 15 maneja prácticamente la misma interfaz de usuario de 2014; sin embargo, sobre la cancha se nota que ajustaron las sombras y la iluminación, lo cual disminuye el efecto caricaturizado de años previos y le confiere un aspecto sobrio y realista que abarca tanto a estadios como a uniformes y, por supuesto, a jugadores, cuyos rostros no tienen más una apariencia tan plastificada. No se trata de un salto tan evidente como el de Madden NFL, pero los puristas de la imagen lo apreciarán.
El estilo televisivo de la presentación tiene un énfasis renovado este año, aunque esto sólo es evidente en el caso de la Barclays Premier League, que imita a la perfección plecas, viñetas y, para terminar pronto, el concepto visual completo de dicho certamen. Cuando vamos a otras ligas las cosas se tornan más genéricas ―como siempre. Hay nuevas repeticiones y transiciones que muestran a detalle momentos y actitudes clave de los partidos. En este sentido debemos mencionar la tecnología de gol, que bien podría pasar por elemento de mecánica de juego, pero que en realidad es un ornamento cuando consideramos que la máquina nunca se equivoca en esto, sin mencionar que incidentes donde el balón pellizca la raya pero no entra, son raros.
Ahora bien, los interludios cinemáticos a veces juegan en contra del efecto realista que EA Canada pretende inyectar a la entrega, pues a lo lejos los futbolistas lucen bien, pero en acercamientos quedan expuestas gesticulaciones acartonadas y movimientos robóticos que merman la inmersión.
Mucho se habló acerca del tema emocional y para ser honestos, es algo apenas perceptible. Sí, cuando el portero hace una gran atajada viene una breve transición que muestra a los compañeros felicitándolo, y cuando hay una falta grave, aparece el árbitro mostrando una tarjeta amarilla o se suscita un fugaz conato de bronca; no obstante, estas secuencias demoran un instante en ocurrir y carecen de naturalidad. Los jugadores todavía están lejos de tener gestos creíbles y más bien parecen títeres de la vieja serie The Thunderbirds. Sobra decir que luego de algunas horas todo esto pierde su frescura y se torna en la típica interrupción que propios y extraños se apresuran a saltar cuando juegan en línea o con amigos.
Antes de algunos encuentros, apreciamos a las barras aplaudiendo, mostrando bufandas o cantando porras características. Los estadios lucen muy bien y para ser justos, la atmósfera mejoró.
Los estadios lucen muy bien y, para ser justos, la atmósfera mejoró
Para redondear el tema visual, basta decir que FIFA 15 se ve bien, pero no brinda algo que nos deje con la boca abierta, salvo quizá los jalones de camiseta que ya habían demorado en arribar y los cuales incrementan la autenticidad en la disputa del balón. En síntesis, FIFA 15 tiene buen aspecto pero palidece ante otros exponentes del género deportivo y todavía no es la experiencia visual asombrosa que la nueva generación o el último comercial del juego prometieron. ¡Ah, y antes de que se nos olvide, está el asunto del césped! Sí, se desgasta y tiene una apariencia más natural.
En cuanto a jugabilidad, hay 2 cambios importantes en los que debemos hacer escala. Durante años pedimos a EA que imprimiera imaginación al componente táctico de la experiencia y esta vez lo hizo. El pizarrón táctico fue rediseñado y, más importante aún, simplificado. Ahora, al seleccionar a un jugador, el sistema muestra de inmediato cuáles son los suplentes sugeridos para esa posición, pero lo más trascendente es que existe una categoría de instrucciones que reemplaza los submenús tácticos que se desprendían de las formaciones.
Antes, al elegir un parado sobre la cancha era posible indicar a cada futbolista su área específica de acción, dictar sus tendencias ofensivas y defensivas y hasta la dirección de sus recorridos en el campo, todo esto por medio de extensos submenús. En FIFA 15, lo anterior se engloba en la categoría Instrucciones. Aquí también hay subcategorías, pero son explícitas y consolidadas. Hay subcategorías defensivas, de creación, de carreras de apoyo y de apoyo a centros con 3 variables.
Con base en esto, podemos indicar de forma directa si deseamos que un jugador quede atrás, se sume al ataque, haga cortes al centro, vaya por centros, etcétera. Pero esto vino a expensas de especificidad, pues es imposible dictar con exactitud en cuál zona concreta va jugar un futbolista, sólo podemos controlar si quedará fijo en su posición o se moverá con libertad. Tampoco es viable asignar marcaciones personales, sólo somos capaces de optar por un defensa con tendencias ofensivas o un defensa que se queda siempre atrás. En otras palabras, los obsesionados con la táctica van a sufrir.
Ya sobre la cancha viene otra modificación controvertida e importantísima: la movilidad. Nos dimos a la tarea de alternar FIFA 14 y FIFA 15, disputando los mismos encuentros con las mismas condiciones y la dificultad exacta, y advertimos que, en cuanto a maniobrabilidad, la iteración de este año es notoriamente más pesada que las previas. El resultado es un ritmo de encuentro realista, pero jugadores menos responsivos y más difícil en general.
La inercia tiene un rol preponderante este año, así que resulta absolutamente crucial privilegiar el buen ritmo a la velocidad, puesto que los futbolistas demoran en reaccionar, recuperarse de un choque, cambiar de dirección, etcétera. Algunos abogarán por el realismo y dirán que esto resulta más auténtico. Nosotros lo encontramos un tanto desesperante, luego de años jugando con una misma cadencia.
Otro detalle es el de los porteros. EA enfatizó esto antes del estreno y lo que podemos decir al respecto es que se nota que la inteligencia artificial cubre mejor el área grande, pero aún hay anomalías, especialmente con balones al borde del área chica, donde a veces el guardameta no sabe si salir o no y puede quedarse, literalmente, atorado. Esto no es la norma, pero ocurre.
En pocas palabras, la jugabilidad dio 2 pasos al frente y uno atrás: sobre la cancha se antoja más realista, pero menos responsiva, y fuera de ella es más accesible pero menos táctica.
En cuanto a estructura no hay diferencias monumentales. La modalidad carrera en entrenador se juega exactamente igual: recibes correos electrónicos, administras el presupuesto, pruebas jugadores, despachas scouts para encontrar jóvenes talentos y luego viene la alternativa de llevar las riendas de una selección, etcétera. Nada nuevo bajo el Sol.
Algo que nos gustó fue que EA Canada avanzó hacia la concepción de una experiencia más social e integral en FIFA 15. Oprimir el stick derecho ya no solamente despliega el submenú de créditos y correos de amigos, sino también uno que permite compartir novedades, hacer obsequios, conocer noticias de nuestra comunidad de contactos, recibir otras notificaciones y, mejor aún, comprar ítems, entre los cuales destacan jugadores a préstamo para FIFA Ultimate Team. Estos futbolistas ostentan buen nivel y se adquieren con monedas in-game dependiendo del nivel de experiencia adquirido ―algo que se agradece cuando recordamos que el modo FUT está más que monetizado.
Ya que mencionamos el modo FUT, éste aún brinda la misma experiencia adictiva y profunda de siempre, pero con la alternativa de generar plantillas prototipo, disponiendo de todos los futbolistas en el catálogo para concebir una alineación modelo que sirva de guía en el diseño de nuestro equipo.
Algunos procesos podrían ser más ágiles en esta modalidad, como reemplazar a un jugador por otro recién adquirido, trámite que demanda un paso adicional sin razón aparente, pero nuestra queja más enérgica con la alternativa de juego radica en el balance, toda vez que tanto en FIFA 14 como en FIFA 15 nos cruzamos con equipos mejor calificados que el nuestro, es decir, cotejos donde nuestra escuadra es un humilde combinado de Xolos con desconocidos europeos y el rival viene con una selección de lo mejor de Europa. Podemos aceptar que el oponente tenga mejor química, en el entendido de que trabajar esta área merece ser recompensado con cierta superioridad, pero que los jugadores resulten tan abismalmente diferentes es injusto. Esto no ocurre siempre, pero sí con la suficiente frecuencia como para notarlo.
Volviendo al tema de la estructura, el título también consolidó todo lo referente a Match Day en un submenú especial, donde el usuario puede recibir noticias reales actualizadas de su club ―como la de la vergonzosa derrota del Man U la jornada pasada―, disputar los compromisos reales de su equipo favorito para esa semana de manera separada al club del modo carrera y echar un vistazo a la tabla de posiciones genuina en varias categorías. Es decir, en FIFA 15 la experiencia del futbol es más integral que nunca.
No podemos cerrar esta reseña sin mencionar el asunto de las licencias, área en la cual solemos dar mucho crédito a FIFA, pero que este año padeció una omisión importante: el Brasileirao. Eso quiere decir que si en FIFA 15 quieren jugar con el Palmeiras, el Santos o el Corinthians, no podrán hacerlo.
En el rubro del audio, lo más destacado, desde nuestra perspectiva, fue el retorno de las narraciones en español latino, con Mario Kémpes y Luis Fernando Palomo, comentaristas más apasionados que sus contrapartes españolas o inglesas. Los diálogos se repiten de vez en cuando, pero en general, hacen un buen trabajo.
FIFA 15 es, como siempre, una experiencia futbolera muy completa y deleitante
Y finalmente está el asunto de la música, el cual se ha vuelto icónico, pues FIFA suele incluir mezclas muy interesantes de rock indie, temas electrónicos y hip-hop, entre otros. La iteración de este año es fiel a la tradición y en ella seguramente encontrarán una canción que los haga poner pausa para ir a buscarla en Spotify o descargarla desde iTunes, que es más de lo que podemos decir de otros juegos deportivos.
FIFA 15 es, como siempre, una experiencia futbolera muy completa y deleitante, pero este año no quedamos tan satisfechos con los cambios. El juego luce mejor, tiene una pizca adicional de personalidad y acertó en hacer más directo el trámite táctico, pero por cada buen comentario hubo otro no tan bueno, como el de la pesadez en la maniobrabilidad ―cosa rara tratándose de FIFA―, el sacrificio estratégico en nuevas áreas y la omisión de una licencia importante. Si no han dado el salto a la nueva generación, éste es tan buen momento como cualquiera para comprar FIFA 15 en las nuevas plataformas.
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