Dead Rising es una franquicia que ha generado opiniones divididas en el público: la gente o la ama o la odia. Sus extravagantes mecánicas, el formato de mundo abierto y una historia simplona en cada de una de sus entregas convirtió a la saga en un juego de nicho; no queremos decir que sea un título para gustos excéntricos, sino que no es fácil recibir bien su simplicidad. Dead Rising nunca ha buscado clavarse en el cerebro de los jugadores con un giro inesperado o revolucionario; su único objetivo ha sido divertir y esta cuarta entrega da en el clavo una vez más.

Los desarrolladores prometieron regresar a las raíces de la saga

Dead Rising 4 es el segundo juego de la franquicia que llega a esta generación de consolas. (sin contar las recién lanzadas remasterizaciones de los dos primeros). Llegar a la cuarta iteración de una franquicia siempre es difícil porque si no refrescas tus mecánicas tachan el resultado de poco original y si te excedes modificando, automáticamente se considera algo ajeno a la franquicia.

Si hacemos memoria, hace tres años salió Dead Rising 3 y dejó atrás muchas características que los fanáticos habían amado de los primeros juegos. Eliminar la tarea de escoltar sobrevivientes, el tiempo límite y los puntos de guardado escasos resultaron en un juego mediocre que buscaba llamar la atención de un público más amplio con una temática más realista, claro, sin dejar de ser un título de zombies en mundo abierto. Ahora, para Dead Rising 4, los desarrolladores prometieron regresar a las raíces de la saga, empezando por lo más importante: traer de vuelta a Frank West, el mejor fotógrafo/reportero/matazombies de los videojuegos.

Con el slogan de "Frank ha vuelto" Capcom Vancouver quería revivir el amor de los fanáticos de la saga. Dejando atrás la tonalidad seria, los desarrolladores se empeñaron en crear un título donde el núcleo fuera combatir hordas y hordas de zombies y añadir algunas viejas características. La primicia es simple: Frank West, centro comercial, armas ridículas, historia de corrupción y secretos y una pantalla repleta de no muertos. Suena como un sueño hecho realidad, pero la verdad es algo diferente.

La historia no deja de ser simple, burda y un tanto estúpida. Desde los primeros instantes te das cuenta de que Capcom no busca ganar premios por narrativa, e incluso Frank lo menciona en una conversación: "No buscamos todas las respuestas, solo lo suficiente para poder vender la historia", un guiño tanto para lo que ocurrirá en ese momento en la trama como para que los jugadores sepamos en qué nos estamos metiendo. Regresemos a la historia: después de unos años viviendo como maestro de fotografía, Frank es llamado a investigar una reciente infestación en el viejo pueblo Willamette. Tu trabajo será descubrir el origen de esta nueva oleada, enfrentar a los responsables y salvar tantas almas como sea posible mientras te sumerges en baños de sangre y vísceras.

Frank West regresa tal como lo recuerdas: irreverente, gracioso y sin un filtro para lo que sale de su boca, así que tendrá una respuesta para todo y te hará reír. Si eres un fanático hardcore de la saga notarás la ausencia del actor de voz original, pero el nuevo hace un buen trabajo y regala momentos igual de buenos. Existe la opción de cambiar el lenguaje tanto a español castellano como a español mexicano y, aunque el doblaje no tiene la calidad de otros productos de Xbox, todos los involucrados hacen un gran trabajo. Si lo que quieres es escuchar constantes chistes “localizados”, no te preocupes, el juego se mantuvo en un nivel estándar sin olvidar el uso de groserías que solo un mexicano entendería.

El juego fue vendido como el regreso al centro comercial de Willamette, pero esto no es totalmente cierto. Dead Rising 4 ocurre en época navideña dentro de Willamette, pero no dentro del centro comercial exclusivamente, como en la primera entrega. El centro comercial es el centro del mapa y aunque es grande, no se parece a lo que vimos en el juego original, lo que tal vez decepcione a quienes buscan recorrer lugares conocidos. Nos hubiera gustado que la acción ocurriera dentro del centro comercial la mayor parte del tiempo, pero tal vez eso lo haría muy similar a los primeros títulos; el cambio es positivo porque la ciudad es muy similar a la del tercer juego y también está dividida en áreas, cada una con tiendas y casas en las que puedes entrar para encontrar secretos entre la ropa, los accesorios y los materiales.

El mapa se siente un poco más grande que el de Dead Rising 3, pero comparado con otros juegos de mundo abierto no es gran cosa; sin embargo, los desarrolladores buscaron compensar el tamaño con interacción en las tiendas y casas. Puedes entrar en muchas y si eres un obsesivo de reunir cada detalle y buscas sacar el 100 del juego, deberás tener mucha paciencia.

Aumentó el número de zombies que enfrentas y el conteo de cuadros se mantiene mucho más estable

El tamaño del mapa importa poco si no hay actividad en él y, en esta ocasión, los desarrolladores trataron de corregir los problemas que vimos en Dead Rising 3. Para Dead Rising 4 aumentó el número de zombies que enfrentas y el conteo de cuadros se mantiene mucho más estable. Es una maravilla salir a la calle y encontrar una gran horda de zombies esperando para atacarte porque podrás hacer uso de esa reluciente arma que acabas de encontrar o atravesar en medio de ellos con tu vehículo congelador. Créeme, la esencia de Dead Rising sigue ahí, así que la cantidad de zombies que tendrás que mutilar, destruir y matar no dejará que te aburras.

La habilidad para combinar armas también está de regreso y ahora no teme llegar al límite de lo ridículo. Tendrás acceso a una cantidad absurda de objetos que puedes usar como armas blancas, pero si lo que quieres es experimentar su poder para crear el arma perfecta, necesitarás encontrar los planos que hay en el mapa. En Willamette existen 55 diseños escondidos, por ejemplo, uno cuerpo a cuerpo llamado “Trueno Rugiente” donde necesitarás la máscara de Blanka más un equipo electrónico para hacer un arma parecida a la del famoso peleador de Street Fighter. Mi favorita fue el arco explosivo con el que lanzas pequeños cohetes que producen gran daño en un área. Asimismo, podrás crear vehículos, que son el arma más poderosa del juego y que, además de facilitarte la llegada a cualquier parte de la ciudad, aumentarán considerablemente tu contador de muertes.

Frank, así como cada arma, cuenta con una habilidad especial que podrás utilizar al llegar a un número específico de golpes; al lograrlo podrás desatar un ataque más devastador al presionar los botones B+Y. En esta ocasión, los ataques son mucho más efectivos frente a grandes grupos, excepto con armas cuerpo a cuerpo donde el juego hace gala de brutalidad y gore. Esto aplica también a los vehículos especiales, ya que después de alcanzar el número requerido de golpes podrás utilizar la habilidad especial presionando X. Un ejemplo es el Comando Criogénico, vehículo que creas combinando un auto antiguo con una motonieve, que dispara bolas de nieve como misiles; al utilizar su habilidad especial podrás congelar a todo zombie que se encuentre en un diámetro cercano a tu vehículo.

Es aquí donde Dead Rising 4 realmente brilla porque el combate se siente un poco más natural, pues tienes un par de botones para golpear, uno para brincar y otro para esquivar. Además, no tardarás mucho en acostumbrarte a la manera de cambiar rápidamente de arma porque el sistema de inventario ahora es mucho más amigable: cada tipo de arma (melee, fuego o para lanzar) ahora está asignado a uno de los botones del D-PaD y para cambiar basta con presionar el botón correspondiente. Tampoco tendrás que cambiar constantemente entre arma cuerpo a cuerpo y de disparos porque siempre estarás equipando ambas y solo necesitarás presionar el gatillo derecho y disparar.

El nuevo sistema de inventario es una gran adición, ya que lo hace más ágil y rápido, el problema es que desapareció esa dificultad que hacía que pensaras dos veces antes de cambiar de arma y reflexionaras si era mejor llevar las granadas, la metralleta, el bat o los guantes. Al respecto, los desarrolladores dijeron que buscaban hacer más accesible la experiencia, pero extrañamos ese sentimiento de sobrevivencia donde no podías cargar con todas las armas.

Una característica nueva es la incursión de los exotrajes, que son vestimentas robóticas que incrementan tu fuerza. Gracias a los militares que cuidan Willamette, estos trajes están esparcidos por la ciudad y son de gran ayuda para combatir grandes grupos de enemigos o a los soldados. Esta vestimenta te permite equipar cierto tipo de armas, como una minigun o un hacha gigante, entre otras, pero también puedes mejorarla con máquinas que encuentras en el mapa. No queremos arruinarte la sorpresa, pero una vez que tengas un exotraje te recomendamos buscar una máquina de raspados dentro de las tiendas para desbloquear una de las mejores armas del juego. Afortunadamente, los exotrajes funcionan con batería que no podrás recargar, así que no podrás usarlo indefinidamente y digo afortunadamente porque llega un momento en que son tan poderosos, que rompen todo el juego.

Extrañamos la mecánica de escoltar sobrevivientes

Otro punto que extrañamos es la mecánica de escoltar sobrevivientes. Aunque se eliminó desde Dead Rising 3, ahora es mucho más evidente porque los sobrevivientes ya no te necesitan para regresar al refugio, algo que era satisfactorio y sumamente difícil de lograr. En esta ocasión tu trabajo será ayudar a quien te necesita eliminando los zombies que tiene a su alrededor; una vez que la persona está a salvo, te recompensa con un arma y correrán hacia el refugio. Estos refugios tienen más utilidad que resguardar personas, pues cuentan con vendedores que te facilitan armas, comida, ropa, vehículos y hasta mapas para los desbloqueables. Para eso necesitas dinero o chatarra que consigues al ejecutar casi cualquier acción, al matar zombies y completar pruebas, pero también hay escondida en bolsas. Para tener acceso a todos los beneficios de los comerciantes deberás subir de nivel el refugio, lo que consigues al rescatar sobrevivientes.

La trama está dividida en capítulos, pero en esta ocasión no tendrás un tiempo límite para realizar las misiones principales, así que puedes tomarte todo el tiempo que quieras para explorar o dedicarte solo a matar zombies. Las misiones alternas, por así decirlo, no afectan la línea principal; te son asignadas a través de tu radio y la mayoría implican ir e investigar ciertos acontecimientos en áreas específicas, lo que siempre resulta en —¡adivinaste!—, maníacos, que son el reemplazo de los psicópatas de los primeros juegos y, tristemente, son aburridos. Ahora, en lugar de tener una semipelea con un jefe, solo enfrentas a sobrevivientes disfrazados que no duran más que un par de golpes. Cada maníaco está en un área temática, como el gimnasio de la escuela, un granero o la villa de Santa Claus, pero no representan un riesgo y no necesitas una estrategia para matarlos. Esto es muy decepcionante, sobre todo cuando te das cuenta de que la recompensa no es interesante; ni siquiera hay rehenes que liberar. Eliminar estas emblemáticas batallas nos parece un mal movimiento por parte de los desarrolladores.

Una de las características que más llamó nuestra atención fue el regreso de la cámara de Frank. En el Dead Rising original tomar fotos era una mecánica muy divertida porque para conseguir la foto perfecta necesitabas un buen encuadre y captar una situación de terror, dramática, chistosa o, incluso, erótica. En esta entrega la cámara incluye visión nocturna y un sistema óptico para analizar pistas y encontrar secretos. Además, podrás tomar toda clase de fotos para conseguir una calificación alta y, así, obtener más puntos y recompensas. Lo malo es que la mecánica no es tan divertida porque el sistema de calificación ya no considera aspectos tan específicos como en el primer Dead Rising, sino la cantidad de objetos captados, así que después de un par de tomas habrás conseguido la calificación más alta. Por otro lado, siempre es muy agradable tomar una selfie antes de explotar cientos de zombies.

Siempre es muy agradable tomar una selfie antes de explotar cientos de zombies

En cuanto al multijugador, los desarrolladores hicieron cambios importantes. Olvídate de jugar la campaña en cooperativo con un amigo, el modo está descartado y en su lugar hay una modalidad en línea hasta de 4 jugadores donde te pondrás en los zapatos de distintos sobrevivientes, con los cuales tendrás que cumplir objetivos en algunas zonas del mapa. Al comienzo del capítulo se te pedirá realizar una misión principal, ya sea limpiar un área de zombies, recolectar ciertos artefactos o simplemente buscar un objeto escondido. También tendrás misiones secundarias como eliminar cierto número de zombies con un arma en particular o llegar en el menor tiempo posible al refugio. El multijugador cuenta con 4 capítulos, los objetivos son aleatorios y es divertido un par de veces, pero preferirás continuar solo con la campaña en lugar de repetir los mismos objetivos una y otra vez.

Dead Rising 4 es una gran continuación de la franquicia: el humor, la sangre y Frank West están presentes para dar un aire fresco a la saga. Si eres un viejo fanático de la franquicia quizá te disgusten los cambios al principio, pero al jugarlo verás lo divertido que puede ser la irreverencia que caracteriza al título. Si nunca has jugado un Dead Rising, el 4 es la oportunidad perfecta para adentrarte en la saga porque nada es más divertido que usar un disfraz de tiburón para cruzar una avenida infestada de zombies, al ritmo de Jingle Bell Rocks.