Dying Light Xbox One

Ayer asistimos a un demo a puerta cerrada con la gente de Techland, quienes nos permitieron jugar una de las misiones de Dying Light, su nuevo título de acción y sobrevivencia ambientado en una ciudad infestada por los zombies. El demo era una versión especial para la prensa, distinto al que mostraron en el piso de exhibiciones del evento, por lo que no nos fue posible grabar la experiencia.

Lo primero que aprecié al tomar el control fue el nivel de detalle que el desarrollador puso a cada aspecto; desde la ropa de los personajes que te rodean hasta el reflejo del mundo en un charco de agua y las moscas que vuelan sobre los cadáveres que encontrarás a tu paso.

La misión que realizamos nos obligó a llevar al protagonista fuera de la zona segura donde él y sus compañeros se fortificaron, pues había que arreglar una serie de trampas ubicadas a lo largo de la ciudad. Esto significa llegar a las rutas utilizadas por otros personajes conocidos como runners, que se encargan de adentrarse en la ciudad para buscar provisiones, armas y demás objetos de utilidad para el grupo.

Las trampas están diseñadas para facilitar su regreso a salvo, en caso de que una horda de zombies los persiga. La primera era una especie de túnel metálico electrificado que puede ser activado a control remoto para freír a todos los no muertos que lo estén pisando. Otra está diseñada para la noche y consistía en varias lámparas que pueden activarse al pasar por el lugar para desorientar a los perseguidores.

Durante nuestro paso por la ciudad nos topamos con un sobreviviente encerrado en una choza mientras 3 zombies trataban de tirar la puerta para devorarlo. El desarrollador nos explicó que esto era un evento aleatorio y que seguramente no volveríamos a verlo, lo que le agrega otro toque de diversidad y vida al mundo del juego. La manera en que acabamos con estos zombies fue sencilla: lanzamos unos petardos a un charco de gasolina convenientemente colocado frente a ellos. Las explosiones encendieron el combustible y atrajeron a estos seres, que fueron consumidos rápidamente por las llamas.

Realizar actividades secundarias como esas y las misiones principales otorgan puntos para mejorar las habilidades del protagonista, lo que ayuda a mantenerte con vida al avanzar con la historia. Después, pudimos continuar nuestra misión. Corrimos a reparar el generador que mantiene el sistema eléctrico del vecindario en el que nos encontrábamos, pero atrajimos a una enorme cantidad de zombies, por lo que tuvimos que huir y utilizar las habilidades de parkour del protagonista para saltar y trepar por los tejados, caer de nuevo en la calle y continuar corriendo, deslizarnos por debajo de una reja y activar la trampa eléctrica de la que hablamos al principio.

Este mecanismo se encargó de la mayoría de los zombies que nos seguían, sin embargo, otra turba hambrienta se había juntado en la entrada de nuestro refugio, por lo que tuvimos que correr hacia otro campo de seguridad cercano. En la recta final, vimos cómo se abrían las puertas del refugio y un guardia amigo se asomaba y nos instaba a apresurar el paso, nos jaló hacia adentro mientras otros sobrevivientes luchaban por cerrar la puerta en las narices de los zombies.

Dying Light será lanzado para PC, PlayStation 3, PlayStation 4, Xbox 360 y Xbox One en algún momento no especificado del año entrante y promete entregar una experiencia frenética, llena de acción, velocidad y adrenalina que atrapará a todos los amantes del género zombie.