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Crear un juego con esquema sandbox nunca ha sido fácil, incluso para los desarrolladores con vasta experiencia. El caso más ejemplar se dio con L.A. Noire, que a pesar de estar bajo la constante supervisión de Rockstar, presentó un mundo estéril y carente de contenido; o dicho de otro modo, Team Bondi falló al explotar todo el potencial de su concepto. Ni qué decir de Watch_Dogs, al que podría considerarse un intento de abusar de la plantilla de Assassin's Creed, pero en un contexto puramente digital valga la ironía del Animus. Así que cuando un estudio como Kojima Productions se aventura a desarrollar algo muy diferente a lo que acostumbra, el resultado puede ser cuestionable. Por fortuna, lo que se mostró en E3 2014 de Metal Gear Solid V: Phantom Pain luce sumamente prometedor y si bien no revolucionará el esquema de los mundos abiertos, aportará una perspectiva diferente.
En una demostración a puerta cerrada, tuvimos oportunidad de ver nuevos elementos de la experiencia de juego que involucran la forma de ejecutar las misiones y la manera de interactuar con el centro de operaciones de Big Boss, quien por cierto, ahora es conocido con el seudónimo de Venom Snake. El aspecto más importante no cambia, aún hay que valerse del sigilo para llegar a los objetivos, pero la dinámica de combate es más completa debido a que el repertorio de habilidades y capacidades del protagonista son más diversos, en parte gracias a que al fin tiene su brazo cibernético. Por ejemplo, basta azotar a un enemigo contra una pared con un rápido movimiento para que éste quede noqueado. Naked Snake es más ágil y aunque su caminar denota la misma pesadez que en Ground Zeroes, puede rodar, abalanzarse corriendo o escurrirse pegado a la pared, todo con agilidad.
De hecho, lo más llamativo desde el inicio es que el protagonista monta a caballo y lo usa como camuflaje. Al parecer habrá más mecánicas que deslizarse velozmente a un costado del animal para evadir la mirada de los centinelas, pero en la demostración no se detallaron otras maneras de interacción. En todo caso, la capacidad de emplear los recursos del mundo dependerá del avance en las misiones y de cuánto se trabaje en la personalización del centro de operaciones. Bajo el nombre de Mother Base, regresa el cuartel del grupo militar de Snake, aunque ahora hay más beneficios por contribuir con su crecimiento. Si se envían soldados, tanques, armamento o provisiones, usando el conocido Fulton System, las fuerzas de Diamond Dog crecerán paulatinamente hasta convertirse en un genuino ejército. El resultado es que por cada actualización de la base, ya sea en términos militares, de investigación científica o simplemente de recursos, Snake se desenvolverá mejor en el campo de batalla.
Lo interesante es que cada tipo de recurso propicia un tipo particular de interacción con las misiones. Al tener suficientes operativos, se puede escanear desde lejos un área para marcar la posición de cada enemigo y que dichos marcadores queden activos en todo momento para facilitar la detección de los soldados. Pedir refuerzos se invoca desde un pequeño explosivo que cae sobre la cabeza de un individuo hasta un ataque aéreo capaz de demoler un campamento completo. Por supuesto, Snake es susceptible al daño de una gran explosión, así que sólo debe usarse como último recurso o como requisito de una misión.
El método para transportar recursos al centro de operaciones es muy poco ortodoxo: Big Boss coloca un pequeño globo que eleva todo lo que tenga enganchado y conduce su paquete de manera automática a la base. Es posible llevar soldados, cajas de municiones, grandes contenedores y hasta vehículos. Parece risible que un pequeño balón aerostático sea capaz de arrastrar objetos tan grandes y surge la inevitable pregunta de si el dinero que Snake derrocha en esta tecnología no serviría mejor para su guerrilla, pero la idea es que a diferencia de Ground Zeroes, Phantom Pain recupere un poco del tono jocoso que caracteriza a casi todas las entregas de Metal Gear. Sobre esa línea de comicidad, la clásica caja de cartón regresó como elemento fundamental de la misión, con cualidades adicionales: Snake puede salir sorpresivamente y disparar o incapacitar a un enemigo, atacar con arma de fuego desde dentro a través de una ranura, lanzarse fuera para escapar repentinamente y dejar la caja detrás como señuelo. Tanto el carismático sistema de cobertura como el resto del equipo se actualiza gradualmente según se sigan llevando recursos a la base.
En cuanto al centro de operaciones, Kojima Productions detalló que más allá de servir como una fuente infinita de complementos para el campo de batalla, es un aspecto independiente con su propia mecánica de juego. Después de la misión, Snake regresa al corazón de Diamond Dog, donde interactúa con sus subalternos, revisa el progreso de las instalaciones y, desde luego, nos permite personalizar la estructura de las defensas. Toda la construcción es personalizable y se pueden movilizar plataformas de un lugar a otro; cada una puede alojar algún laboratorio o armería; los cañones, vehículos, soldados, drones y demás elementos también se pueden movilizar para crear la protección idónea, pues se supone que la base puede ser atacada aleatoriamente.
Un aspecto muy llamativo es que Snake tiene un dispositivo denominado Phantom Cigar, cuyos efectos estimulantes aceleran el paso del tiempo, de día a noche o hasta que vuelve a amanecer, para registrar los hábitos y movimientos de los guardias. Como éste hay otros aparatos que afectan la percepción de lo que sucede en el mundo, pero sin causar impacto alguno. Lo cierto es que los artilugios tecnológicos son una parte integral del combate, la exploración, el desarrollo de la base y hasta la narrativa. Cabe señalar que la trama sucede en 1984, un par de meses después de que Big Boss despierta del coma.
Al inicio del demo, Ocelot le dice a Snake que se convirtió en una leyenda ante los ojos de todos los que viven en un campo de batalla y, análogamente a la realidad, Metal Gear Solid es una leyenda frente al resto de los títulos de espionaje, de acción táctica y de sigilo. El desafío de transformar la experiencia de juego, de un concepto lineal a mundo abierto, es colosal, pero Hideo Kojima y su equipo demuestran que la metamorfosis paulatina es ideal para llevar a los fans a la nueva era de la franquicia. De primera impresión, este capítulo en la historia de Snake luce espectacular, sólo el tiempo dirá si lo que prometen las apariencias se cumplen con la verdadera experiencia de juego.
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