... para que se entretengan cinco minutos.
Este cuentito está por cumplir cinco años... ¡ya casi va a la escuela! Pero aún está muy inocente, ustedes habrán de disculparlo. Fue publicado en una revista local cuando era bebé, pero en el trance perdió un renglón; hay monstruos comedores de renglones en algunas editoras de la región ;-)
Aquí está completo:
EL TRABAJITO
Por: Laura Espinoza M. (sí, ésa soy yo)
Vale, ya me cansé. ¿Le paramos un ratito?
Aguanta, vas a descansar todo lo que quieras ya que terminemos de escarbar. Tenemos que acabar antes de las diez.
Oye, y a todo esto, ¿quién nos encargó el trabajito?
Un señor. Ya cállate y sigue escarbando.
El Botas suspiró y, tomando con resignación la pala, se puso de nuevo a escarbar. El Chori parece que nunca se cansa, y yo ya siento que me desbarato.
La noche estaba fresca y un poco húmeda; a la luz de la luna se podían distinguir los árboles de la extensa huerta, y se alcanzaban a ver unas nubecillas muy altas que pasaban lentamente por el cielo. El Botas y el Chori habían llegado desde las ocho y media, ya oscurecido, con palas, picos y lámparas para hacer el trabajito que les habían encargado, según el Chori, la semana anterior. Es bien fácil, la tierra ahí no está dura y el agujero sería poco profundo, un metro más o menos, y van a sacar sus buenas ganancias. Así que ahí estaban, escarbando los dos, oyendo música en el pequeño radio del Botas; bajito, eso sí, para poder escuchar si se acercaba alguien... o algo.
Oye, Chori, ¿no se te hace raro que no haya venido Tacho?
"Pos" sí, pero ya ves, con él nunca se sabe. Ya quedrá.
Nos hubiera ayudado; ya me cansé de escarbar y pura tierra es lo que sale.
Pensarás hallar petróleo... ¡"Pos" claro que sale tierra!, si de eso se trata la escarbada.
¿Qué, no estamos desenterrando un tesoro? Eso te entendí cuando nos dijiste...
¿Eso entendiste? "Pos" no. Estamos haciendo un agujero para enterrar algo.
¿De veras? Yo vine por lo del tesoro. De haber sabido... Bueno, de todos modos ya vine a ayudarles... a ti nomás, porque ese Tacho nos dejó plantados. Pero no vamos a repartir con él las ganancias, ¿eh?
No te preocupes por eso, no va a ser necesario darle nada.
Faltaban veinte minutos para las diez. Un viento húmedo llegaba como en oleadas, causándole escalofríos al Botas. Al Chori no parecía afectarle, así de entretenido estaba con el trabajito. De repente, se detuvo y volteó a ver al Botas, que sintió un escalofrío más intenso al notar algo extraño en la mirada de su compañero.
Oye, vale, ¿pasa algo?... ¿Te cansaste o ya acabamos?... Chori, te estoy hablando...
Una nube grande alcanzó a ocultar la luna en el momento en que el Chori levantó su pala y la hizo girar con fuerza. Por desgracia, la cabeza del Botas estaba en el camino de la pala, y luego el Botas estaba dentro del agujero. Después de taparlo, el Chori recogió las herramientas, las lámparas y el radio, y los llevó a otro lado de la huerta. A las diez y media, a la entrada de la huerta, se encontró con Tacho.
Quihubo, Chori, ¿no va a venir el Botas?
"Pos" no, a última hora no llegó. Pero vente, nosotros solos podemos hacer el trabajito. Ya vi dónde es el lugar. Acá están las palas y los picos.
Después de un par de horas de trabajo, la pala del Chori dio un violento giro en el aire, chocó con una cabeza que se le atravesó y luego Tacho ya estaba mala suerte adentro del agujero. Terminado el trabajito, el Chori, sudando a chorros, pero con una amplia sonrisa, se fue hasta el otro extremo de la huerta, donde lo esperaba un hombre sentado en una piedra.
Listo, patrón. Tal como me lo dijo. ¿Dónde está mi paga por el trabajito?
Aquí, debajo de la piedra. Nomás tienes que desenterrarla.
El hombre se hizo a un lado y el Chori se puso a escarbar solo. Cuando su pala tropezó con algo duro, empezó a escarbar con más ganas y finalmente sacó una caja de metal, no muy grande pero algo pesada. La abrió emocionado y encontró... Pero su cabeza se atravesó en el camino de una pala que giraba. Al tiempo que iba cayendo, antes de perder el sentido, alcanzó a ver los ojos brillantes y rojos del hombre, que sonreía mostrando sus dientes afilados. Gracias por el trabajito, amigo. Ahora voy a enterrar esto en otro lado y a contratar otros hombres así de trabajadores. Buen invento la codicia, así siempre es fácil robar algunas almas.
En el infierno se encontraron los tres compañeros de trabajo. Después de platicar un rato, llegaron a una conclusión: Nadie sabe para quién trabaja. Aunque ellos ahora sí lo sabían. Lástima, demasiado tarde. Y para pasar el rato, Tacho y el Botas le dieron pamba al Chori... con una pala. Mientras, los diablillos se reían como locos a su alrededor.
24-VI-2005.
Adultez gamer.
por Kingcool {"src_avatar":"https:\/\/cl2.buscafs.com\/www.levelup.com\/public\/uploads\/images\/34118\/34118_64x64.jpg","nickname":"Kingcool","user_name":"Mario B","user_link":"\/usuario\/Kingcool","posts":3613,"theme":"default","cover":false,"status":true}
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