Parece que fuera ayer cuando estuve leyendo en revistas sobre el cambio de consola que tendría el legendaro Eternal Darkness, del N64 al Game cube. Por esas fechas, debido a que las mayores fuentes de información aún eran la prensa y la TV, el hype fue fácilmente sobrepasado por la fantasía lovecraftiana de Sillicon Knights.
Sin embargo, cuando lo volvieron a intentar con Too Human, que saltó de primer PlayStation al Game cube y luego al Xbox 360, fueron un rotundo fracaso, con un juego bueno a secas que no cumplió las expectativas.
También podemos decir lo mismo de Duke Nukem Forever, juego que tardó casi doce años y pasó de ser un juego innovador y dirigido al público maduro por su lenguaje, a un FPS genérico, con un niño rata como protagonista.
Cada vez que los representantes de los estudios abren la boca respecto a un juego, tienden a alabarlo más de la cuenta, eso es perdonable porque la audiencia no es tonta y sabe que no todo lo dicho será real (pregúntele a Molyneux), pero cuando se lleva más tiempo del necesario en su desarrollo, la audiencia comienza a creer las palabras de los representates, y éstos, en lugar de apaciguar las aguas, permiten que el hype se incremente, dando pie a una bola de nieve que cada vez más va creciendo y se estrellará en sus caras.
Eso también ocurrió con juegos como Lair, en su momento anunciado como la novena maravilla del mundo y ahora olvidado, entre otras razones, por no ser nada trascendental.
No necesito mencionar a Watch_Dogs ¿Verdad? Un buen juego, pero que generó tantas expectativas que no pasará más que como un recuerdo o en su defecto, si es cierto el rumor de una franquicia, por ser quizás el antecedente directo de la misma.
El problema es que los consumidores estamos acostumbrados a esperar mucho por cada generación; ahora todo debe ser a 1080p y 60 fps, debe tener la narrativa de Bioshock, el gameplay de God of War y un multiplayer como el de Gears of War para ser el máximo, aún si eso significa tener la dificultad de Ryse y el replay value de Beyond: Two Souls.
Debemos estar conscientes de que un juego no es bueno sólo por tardar años en su desarrollo, sino que éste posiblemente decepcione; principalmente porque el equipo involucrado tiende a vincularse demasiado con su juego y por ende omite de manera casi inconsciente, las nuevas alternativas que van saliendo durante el desarrollo del juego.
Para muestra basta un botón. Cuando Nintendo anuncia un nuevo The Legend of Zelda, las voces emocionadas comienzan, pero tratan de mantenerse escépticas, debido a que están consicentes de que algún cambio estético ocurrirá y verán cambios en la mecánica, porque tienen la idea de que será un buen juego. Eso no ocurre con otros juegos y otras empresas...
Antes de que los fanboys se me arrojen a la yugular, debo decir que este ejemplo lo uso porque sólo pasan de tres a cuatro años en el desarrollo de un Zelda, pero igual pudimos aplicar a God of War 3 o Bioshock Infinite, sin embargo, cuando un juego pasa más tiempo y no tiene el respaldo de una franquicia, las cosas cambian.
Es justo lo que va a ocurrir con The Last Guardian, y es la razón por la que yo personalmente apoyo la idea de que el juego deberá de cancelarse lo más pronto posible. No tiene sentido lanzar un juego nuevo que ha generado tanto hype salvo vender consolas basados con la esperanza de un gran juego que jamás llegará y menos considerando que lo único conocido del juego es un trailer con bonitas gráficas, pero trailer al fin.
Sinceramente veo la actitud de Sony como un insulto a sus fanáticos, quienes defenderán a dicho juego como si fuera el último bastión de la empresa, les genera expectativas innecesarias y para más inri, alimenta el odio entre los fanboys, quienes usarán el juego y sus promesas como arma ofensiva.
Recordemos nadamás lo que hizo Watch_Dogs; creó expectativas, ganó un dineral en preventa y se dice que creará una franquicia, sí, pero será muy difícil que las futuras iteraciones alcancen los números del primer juego, debido en parte a la insatisfacción del consumidor.
Mi recomendación es que mantengamos un escepticismo respecto a esos elefantes blancos de las empresas. Yo personamente lo viví con Sadness, juego por el que compré un Wii... No es necesario decir cuán decepcionado me sentí al saber su cancelación, más porque entonces tuve que esperar la carga industrial de basura casual mientras mis amigos tenían a Kratos y a Marcus en sus consolas de Sony y Microsoft.
No negaré que luego del desastre que armó Dennis Dyack en NeoGAF, me sentí feliz por saber que Sadness jamás vería la luz... Pensar en que el juego que tanto esperé y defendí acabara siendo un juego mediocre y yo terminara como un fanboy, es algo que atormenta mi vida como videojugador. No quiero pensar en las nuevas generaciones que sienten el mismo arraigo hacia las fuentes de hype que existen actualmente y que además cuentan con una maquinaria publicitaria mayor.
Prefiero que The Last Guardian se convierta en un nuevo Sadness a que acabe siendo otro duke Nukem Forever, sinceramente.
Adultez gamer.
por Kingcool {"src_avatar":"https:\/\/cl2.buscafs.com\/www.levelup.com\/public\/uploads\/images\/34118\/34118_64x64.jpg","nickname":"Kingcool","user_name":"Mario B","user_link":"\/usuario\/Kingcool","posts":3613,"theme":"default","cover":false,"status":true}
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